El Gobierno Vasco, incapaz de llegar a un acuerdo en Talgo con la banca acreedora cuatro meses después

El consejero vasco de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, ha señalado este miércoles en relación a la compra de Talgo que se trabaja en la negociación con los bancos para conseguir los préstamos para garantizar las inversiones necesarias. Es decir, que después de que en febrero se anunciará que el fabricante de trenes pasaría a «manos vascas» en cuestión de semana, el Ejecutivo de PNV-PSOE aún no ha encontrado una fórmula para convencer a la banca acreedora para que la operación salga adelante, algo que solo podrá hacerse si la Sepi entra en el juego.

En una entrevista en Euskadi Irratia, Jauregi ha reconocido que la operación «se está alargando».

El pasado domingo venció el segundo plazo para la venta de la compañía de construcción de ferrocarriles, una prórroga que se habían dado las partes cuando cerraron el preacuerdo en febrero pasado, aunque la operación sigue atascada en la financiación para cubrir los más de 150 millones de euros que necesita el consorcio liderado por Sidenor para hacerse con el 29,8 % del constructor ferroviario.

El Gobierno Vasco pensó que el primer paso «sería el más importante y el más trabajoso», mientras el siguiente era el de llegar a un acuerdo con los accionistas sobre el precio y tener un acuerdo, ha indicado Jauregi.

«A eso llegamos a inicios de este año. La siguiente fase fue la relacionada con la multa de 116 millones de euros impuesta por Renfe», ha detallado.

Ni el Gobierno Vasco ni Sidenor tienen dinero para cerrar la compra de Talgo y la banca acreedora, como es lógico, no está dispuesta a ceder

«Queríamos saber las condiciones de esa multa antes de entrar y eso nos ha costado saber por parte del Gobierno de España y de Renfe meses más que días», ha precisado. Aunque eso no es cierto. La multa se conocía de mucha antes. Fue impuesta por Puente para dificultar cualquier operación que njo fuera del agrado del Gobierno de Sánchez en Talgo, como así ocurrió con Magyar Vagon que ofrecía cinco euros por acción y por el 100% del capital. La acción tras la intervención del Ejecutivo de PSOE-Sumar y el Gobierno Vasco cotiza ahora a tres euros, dos euros menos. Es decir, la operación bloqueada por la incapacidad de las «manos vascas» de negociar con la banca y los accionistas perdiendo dos euros por título, el 40% de sus ahorros.

Ahora, en cambio, Renfe da más facilidades que viajar en verano con sus super descuentos. Ofrece no ejecutar esta sanción hasta 2031 y fraccionarla hasta en 7 años, en línea con lo propuesto por la Abogacía del Estado, según la empresa pública dependiente del Ministerio de Transportes dirigido por Óscar Puente.

«La tercera etapa es la negociación con los bancos y en ello estamos porque las entidades bancarias están poniendo también condiciones», ha concluido. El problema está en que esta operación desde un principio ha estado viciada. Ni el Gobierno Vasco ni el escapare industrial que se buscaron, la siderúrgica Sidenor, que tiene a sus trabajadores en ERTE, tienen financiación para llevarla a cabo.

Solo podría salvarla la Sepi, eso sí, con el dinero de todos los españoles, más que de los propios vascos que tienen su propio «cupo fiscal», para que pase a «manos vascas».

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