IAG, Lufthansa y Air France, pendientes de la privatización de TAP, que despega este jueves
El presidente ejecutivo de la aerolínea portuguesa TAP, Luís Rodrigues, afirmó este miércoles que es «un gran defensor» de la privatización de la compañía, en vísperas de que el Consejo de Ministros luso apruebe las condiciones para ese proceso. Las aerolíneas interesadas en este proceso son el grupo hispano-británico IAG -matriz de Iberia, British Airways y Vueling-, Lufthansa y Air France han expresado interés por la privatización.
«Mañana -por hoy, jueves- se supone que va a ser un gran día porque aparentemente va a haber un decreto ley que va a decir que todo está a punto de comenzar», dijo Rodrigues en una intervención en el «World Aviation Festival» (Festival Mundial de Aviación), que se celebra esta semana en Lisboa.
El responsable de la TAP manifestó su esperanza de que el proceso culmine a lo largo de 2024.
El Gobierno portugués tiene previsto aprobar mañana, jueves, la norma con las condiciones para la privatización de TAP, según anuncio la semana pasada el primer ministro, António Costa.
Costa consideró que «TAP sigue siendo una empresa estratégica» y garantizó que se tendrán en cuenta los intereses de la aerolínea y del país para vender una parte o la totalidad de su capital.
El primer ministro recordó que la privatización estaba prevista en el plan de reestructuración acordado con la Comisión Europea.
El grupo hispano-británico IAG -matriz de Iberia, British Airways y Vueling-, Lufthansa y Air France han expresado interés por la privatización de TAP
TAP es propiedad del Estado portugués, que tiene actualmente en sus manos el 100 % del capital tras aumentar su posición para salvarla después de los daños sufridos por la pandemia, y actualmente está bajo un plan de reestructuración.
TAP salió de pérdidas al cierre del primer semestre de 2023 con un beneficio de 22,9 millones de euros, frente a los 202,1 millones perdidos en el mismo periodo del año anterior.
De esta forma, la aerolínea lusa confirmaba la mejora gradual de sus resultados tras la pandemia, cuando llegó a registrar pérdidas de 1.600 millones de euros, y después de la inyección de más de 3.000 millones de euros de fondos públicos para avanzar en un plan de reestructuración.
La compañía cerró el pasado año con un beneficio -por primera vez en cinco años- de 65,6 millones