La presidenta de la CE apoya la energía nuclear en la descarbonización, pese a la posición contraria de países como España
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apoyó hoy la contribución de la energía nuclear a la descarbonización de la economía, pese a la división que la generación atómica genera en el seno de la Unión Europea, donde España encabeza el movimiento antinuclear a no ser que tenga que negociar algún acuerdo con Francia, como el que llevó a la exvicepresidenta Nadia Calviño a la presidencia del BEI.
«Las tecnologías nucleares pueden desempeñar un papel importante en las transiciones hacia la energía limpia», dijo Von der Leyen en su intervención en la primera Cumbre de la Energía Nuclear, convocada este jueves junto al icónico Atomium de Bruselas por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y Bélgica.
La democristiana alemana, que espera revalidar en el cargo tras las elecciones al Parlamento Europeo del próximo junio, señaló que es consciente de que «existen diferentes opiniones» en la Unión Europea respecto a la energía atómica.
Reconsiderar su potencial
Pero agregó que «muchos países están reconsiderando el papel potencial» de la nuclear tras «la crisis energética global causada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia» porque puede contribuir a los objetivos climáticos, a la seguridad energética y a estabilizar los precios de la electricidad.
Las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y de la propia Comisión Europea para 2050 arrojan que la nuclear crecerá y funcionará como complemento de las renovables, que «serán la columna vertebral de la producción de energía de la UE para 2050», dijo.
Sin embargo, esa fuente de energía ha retrocedido tanto en la UE como en el mundo. En todo el planeta ha pasado del 18 % de la «mezcla» eléctrica en 1988 al 9 % actual, y en el bloque comunitario ronda el 22 % cuando en los noventa generaba un tercio de la electricidad de Europa.
Dinero, innovación y disciplina para impulsar el despliegue de la energía nuclear
Von der Leyen pidió «apoyo de los gobiernos para garantizar que haya financiación y que la contribución de la energía nuclear a la seguridad eléctrica sea adecuadamente valorada y remunerada».
También reclamó «disciplina» a la industria, pues el futuro de esa tecnología depende de su capacidad «para entregar a tiempo y dentro del presupuesto» los proyectos, ya que «con demasiada frecuencia» han incurrido en retrasos y sobrecostes, como la central finlandesa de Olkiluoto, que empezó a funcionar hace un año tras 18 en obras.
En tercer lugar, la presidenta de la Comisión Europea animó a «buscar nuevas oportunidades» para la nuclear más allá de la generación eléctrica, como «proporcionar calor descarbonizado o suministrar hidrógeno de baja emisión».
Apeló también a la «innovación» para confiar desarrollar Pequeños Reactores Modulares (SMR, por sus siglas en inglés), que son «una tecnología prometedora» por la que hay una «carrera» internacional donde compiten China, Rusia, Estados Unidos, Japón o Argentina y en la que están interesados «varios Estados miembros» de la UE.
Pensárselo dos veces
Algunos países en la Unión Europea han cerrado sus reactores, como Alemania, otros lo tienen programado, como España, y en otros el debate está abierto, como en Bélgica.
Y Von der Leyen, en la reunión de la familia atómica en la que participaron 35 países, se posicionó a favor de extender la vida de las plantas en uso «siempre que sean seguras», pues es «una de las formas más económicas de asegurar energía limpia a gran escala».
«Dada la urgencia del desafío climático, los países necesitan considerar cuidadosamente sus opciones antes de renunciar a una fuente de electricidad de bajas emisiones y fácilmente disponible», dijo.