Cambiar las calderas de gas supone el doble del gasto público español en Sanidad
La sustitución de todas las calderas de gas existentes por bombas de calor requeriría una inversión de más de 201.000 millones de euros en equipos y en duplicar la red de distribución, equivalente a cerca de dos veces el gasto público en sanidad, y el coste sería 15 veces mayor que cambiarlas por calderas de alta eficiencia.
Así lo recoge un estudio de la consultora Arthur D.Little para la patronal gasista, Sedigas, que se ha presentado este jueves.
El informe explica que el cambio de todas las calderas por bombas de calor supone un coste de 201.314 millones de euros, más de dos veces el gasto público en sanidad, que fue de 97.767 millones en 2022, frente al coste de 13.421 millones que tendría el cambio de las calderas atmosféricas por calderas de condensación de alta eficiencia, 15 veces menos que hacerlo a bombas de calor.
18.000 euros de la bomba de calor, frente a los 1.500 de una caldera
El estudio sitúa el coste medio por equipos de bomba de calor en 18.000 euros; frente a 1.500 de una caldera de condensación.
Además, sustituir las calderas actuales por bombas de calor requiere una alta inversión en infraestructura eléctrica, ya que habría que duplicar la red de distribución eléctrica actual, pues si la potencia actual por vivienda, que está asociada al consumo eléctrico, es de 2 kilovatio (Kw), con las bombas de calor tendría que pasar a 4 Kw.
Doblar la red actual de suministro a los hogares tendría su repercusión en el coste de la retribución a las compañías distribuidoras por sus inversiones en redes, que actualmente son de 5.161 millones al año, con un coste acumulado en 40 años de 206.440 millones.
Por el contrario, la red de gas tiene suficiente capacidad y no necesita casi ninguna inversión, sólo márginales para llevar gases renovables de cero emisiones a las casas, si bien para el hidrógeno se requerirán modificaciones sustanciales.
El coste de reducir el CO2 es menor con calderas de gas que con bombas de calor
Asimismo, el estudio señala que el coste de reducir un kilogramo de CO2 emitido con las calderas es tres veces menor que con bombas de calor.
El informe también indica que éstas no son una solución general en todos los países de la UE, tanto por su coste de implantación como por la diferente tipología de vivienda.
En España, entre un 60 % y un 68 % de las viviendas están en edificios multivivienda, frente a entre un 15 % y un 35 % en Reino Unido, Noruega, Alemania, Bélgica o Francia.
También la renta media neta es inferior, de entre 13.000 y 21.000 euros en el sur de Europa, frente a los entre 26.000 y 33.000 euros de Reino Unido, Noruega, Alemania, Bélgica o Francia.
Aún así, en Alemania y Reino Unido, donde intentaron prohibir las calderas de gas a partir de 2024 y de 2025, respectivamente, han prorrogado su caso.
En el caso del Reino Unido hasta 2035 y en Alemania hasta 2045, pero, además, en este país dejando la puerta abierta a que se sigan utilizando si el 65 % del combustible que usan es renovable.
Es «más barato, rápido y eficiente» que la caldera de condensación conviva con otras tecnologías
El socio de práctica de Energía de Arthur D. Little Luis del Barrio ha afirmado que es «más barato, rápido y eficiente» que la caldera de condensación conviva con otras tecnologías, pues si no, va a ser imposible llegar a los objetivos de descarbonización.
Además, el alto coste de los equipos de bomba de calor, unos 18.000 euros frente a los 1.500 de una caldera de condensación, hace que no sea una solución para que un gran porcentaje de la población descarbonice sus usos y ha señalado que ese coste de la bomba de calor equivale a dos veces el ahorro mediano de la gente.
En cuanto a los costes de esos gases renovables que harían que las calderas fueran una solución para esa descarbonización, el presidente de Sedigas, Joan Batalla, ha señalado que el precio del biometano puede ser de 50, 90 ó 100 euros/megavatio hora (MWh) en el procedente de residuos orgánicos y de 120 euros/MWh.
Ha señalado que los costes de producción se irán reduciendo a medida que se vaya desarrollando y todavía hay mucho recorrido, al tiempo que ha dicho que hay que huir de la «falsa idea» de que el precio de la electricidad será tendente a cero a todas horas y en todos los momentos del día.
Batalla ha dicho que es verdad que por la red gasista sólo circula menos de un 1 % de biometano, pero hay ya cerca de doce proyectos inyectando en la red y más de 200 proyectos en cartera con grado de madurez.