La revolución silenciosa: Inteligencia Artificial y el futuro del trabajo

Sara Anguera. En un mundo cada vez más inmerso en la revolución de la inteligencia artificial, la sociedad se enfrenta a una encrucijada sin precedentes. La sustitución progresiva de trabajadores por algoritmos y sistemas automatizados ha generado un intenso debate sobre el futuro del empleo y la economía global. ¿Existe una amenaza inminente que dejará a millones de personas sin empleo, o es la oportunidad de una transformación radical en la forma en que se concibe el trabajo?

La inteligencia artificial (IA) se refiere a la simulación de procesos de inteligencia humana por parte de sistemas informáticos. Estos sistemas son capaces de realizar tareas como el aprendizaje, la percepción, el razonamiento y la toma de decisiones. 

Aunque según estudios recientes se ha demostrado que la IA puede mejorar la productividad y la eficiencia en el trabajo, esta también plantea desafíos para los trabajadores, como la posible pérdida de puestos de trabajo debido a la automatización, el aumento de los niveles de estrés y la necesidad de adquirir nuevas habilidades para trabajar con la IA.

Recursos Humanos, uno de los departamentos donde más se usa la Inteligencia Artificial

Uno de los ámbitos en los que más se usa la IA es en los departamentos de Recursos Humanos. En especial, el 40% de los departamentos de Recursos Humanos de las empresas grandes utilizan aplicaciones con sistemas de algoritmos que utilizan estas IA. Aunque la gran mayoría de estas empresas son estadounidenses, algunas organizaciones europeas y asiáticas también han comenzado a usar estas inteligencias.

A su vez, en un informe de PricewaterhouseCoopers se destaca el creciente reconocimiento por parte de empresas globales sobre el valor de la inteligencia artificial (IA) en la administración de la fuerza laboral. En especial, el 32% de los departamentos de recursos humanos en empresas tecnológicas y de diversos sectores están reestructurando sus organizaciones con la asistencia de la IA para mejorar la adaptabilidad y el aprendizaje, con el objetivo de integrar de manera más efectiva las percepciones derivadas de la información proporcionada por los empleados y la tecnología. 

Tras entender estos datos, hay que indagar en cuáles son los riesgos reales y las oportunidades que se presentan a la hora de utilizar las inteligencias artificiales.

Sobre los beneficios que presentan estas inteligencias, los primeros estudios sugieren que las herramientas desarrolladas con inteligencia artificial generativa tienen el potencial de agilizar diversas tareas y mejorar la productividad de los empleados.

Gracias a la Inteligencia Artificial, los trabajadores pueden ser hasta un 14% más productivos

Por ejemplo, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Stanford descubrieron que el personal de atención al cliente, al utilizar una herramienta de inteligencia artificial que sugería respuestas, lograba resolver un 14% más de problemas de clientes por hora en promedio. No obstante, los beneficios no se distribuyeron de manera uniforme. Los trabajadores menos experimentados experimentaron un aumento significativo en su productividad, ya que las herramientas «capturan y difunden» las prácticas de sus colegas más capacitados. 

Una posible conclusión de estos resultados es que «la ventaja de alguien con experiencia en un puesto en términos de rendimiento laboral ha disminuido, ya que un joven con ChatGPT puede tener un desempeño similar a alguien con varios años de experiencia», afirmó Azeem Azhar, presidente de Exponential View, un grupo de investigación. Si estos hallazgos se aplican de manera más amplia, algunas empresas podrían centrarse más en contratar personal joven y prescindir de trabajadores más costosos con años de experiencia en la empresa.

Algunas compañías ya están tomando decisiones de personal basadas en el impacto anticipado de las herramientas de inteligencia artificial. Recientemente, IBM anunció que reduciría o detendría las contrataciones para ciertos puestos administrativos, como funciones de recursos humanos, que podrían ser reemplazados por inteligencia artificial en los próximos años.

El 79% de los economistas jefes prevé que la IA produzca un aumento en la eficiencia

En especial, casi 8 de cada 10 economistas jefe, lo que supone el 79 % de los encuestados para el informe de perspectivas económicas publicado este lunes en el Foro de Davos prevé que la inteligencia artificial (IA) generativa produzca un aumento de la eficiencia de la producción en las economías de rentas alta frente a solo el 38 % en las de renta baja.

Esta disparidad también se detecta cuando se les pregunta por los plazos, ya que los entrevistados son casi unánimes (94 %) en su predicción de que esas mejoras de productividad serán significativas económicamente en las economías de renta altas en los próximos cinco años, incluyendo un 57 % que prevé que los beneficios emerjan en los próximos tres.

Esto contrasta con las visiones para las economías de rentas bajas, donde un 53 % espera que los beneficios sean visibles en los próximos cinco años y otro 47 % cree que esto tomará más de cinco años.

Por regiones, donde se prevé un aumento significativo de la productividad por una mayor adopción de la IA es en EE.UU., China, Europa, Asia Oriental y el Pacífico.

El 74% de los encuestados creen que la IA acelerará el ritmo de innovación

El informe también destaca las divergencias entre economías de renta alta y baja en cuanto a la innovación: casi tres cuartas partes de los encuestados esperan que la IA generativa acelere el ritmo de la innovación (74 %) en las economías de rentas altas, mientras que sólo el 31 % espera un efecto similar en las de renta baja.

En cuanto a las consecuencias para el empleo, casi tres cuartas partes, lo que supone un 73 % de los economistas jefe encuestados, no prevén un impacto positivo neto en el empleo en las economías de renta baja y otro 17 % no está seguro, lo que, según el estudio, significa que la mayoría espera un desplazamiento.

La opinión para las economías de renta alta está ligeramente más dividida: el 47 % considera improbable la creación neta de empleo este año, mientras que otro 30 % se muestra incierto. 

En cuanto a algunos de los riesgos que aparecen por usar estas inteligencias, la inquietud por la seguridad, la confidencialidad, la precisión y los derechos de propiedad intelectual ha llevado a muchas empresas a limitar el acceso de su personal a herramientas como ChatGPT y otras formas de Inteligencia Artificial. Buscan evitar situaciones similares a la que aparentemente ocurrió en Samsung, donde empleados de su división de semiconductores compartieron código informático confidencial y notas de reuniones mientras utilizaban ChatGPT. Los ejecutivos también expresan preocupación por los errores frecuentes y sesgos incorporados en algunas herramientas de inteligencia artificial.

El 40% de los trabajos actuales serán afectados por la inteligencia artificial

Por otro lado, en cuanto a las perspectivas de futuro sobre esta problemática, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha asegurado este domingo en un blog que la inteligencia artificial afectará aproximadamente al 40% de los puestos de trabajo actuales en el mundo. 

En España, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indica que el 28% de los empleos enfrenta un alto riesgo de automatización debido a la implementación de la Inteligencia Artificial (IA). Este porcentaje supera la media de otros países analizados y se atribuye a dos factores principales: la sobrecualificación de los trabajadores y la precariedad, características intrínsecas del mercado laboral español.

La «capacidad de la IA para impactar en empleos altamente cualificados» es la causa, según señaló Georgieva. En el contexto de las economías avanzadas, alrededor del 60% de los puestos de trabajo podrían verse afectados por la IA, agregó.

En cuanto a los trabajos que más riesgo tienen de desaparecer encontramos en primer lugar trabajos como los matemáticos, gestores, contables y auditores, analistas financieros, analistas de noticias, reporteros y periodistas, secretarios jurídicos y asistentes administrativos, diseñadores de interfaz de usuario e internet, traductores, analistas demoscópicos, relaciones públicas o ingenieros de blockchain. También habrán trabajos que peligrarán pero no se verán tan afectados como estos últimos como, por ejemplo, programadores, diseñadores gráficos, fotógrafos, biólogos, taquígrafos judiciales, traductores simultáneos, correctores, ingenieros, delineantes, arquitectos…

Los trabajos físicos serán los menos afectados por la inteligencia artificial

Por otro lado, hay una gran lista de trabajos que todavía no serán afectados por el uso de la Inteligencia artificial, en especial, son aquellos trabajos que requieren un mayor esfuerzo físico, cosa que la IA todavía no está programada para hacer. Algunos de estos trabajos serán operadores de maquinaria agrícola, atletas y competidores deportivos, instaladores y reparadores de lunas para automóviles, mecánicos de autobuses y camiones y especialistas en motores diesel, albañiles de cemento y acabadores de hormigón, cocineros de Comida Rápida, cortadores y recortadores manuales, operadores de torres de perforación, petróleo y gas, ayudantes de comedor y cafetería y ayudantes de camarero, lavaplatos…

En este escenario de incertidumbre y transformación, surge la pregunta crucial: ¿estamos preparados para enfrentar la Revolución Silenciosa de la Inteligencia Artificial? Mientras algunos abrazan la oportunidad de un futuro más eficiente y automatizado, otros se aferran a la idea de que el ser humano aún tiene un papel insustituible. En última instancia, el destino de la fuerza laboral global está entrelazado con la capacidad de la sociedad para abrazar la innovación, mitigar los riesgos y forjar un camino hacia un futuro laboral que combine lo mejor de la inteligencia humana y artificial.