El acuerdo comercial firmado hoy entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur aspira a marcar un hito en las relaciones internacionales y económicas entre ambas regiones, aunque nace con mal pie, con el rechazo de Francia e Italia, que no lo ratificarán en los términos actuales, y una fuerte oposición del sector agrícola y ganadero en Europa. Francia aspira a que Países Bajos, Austria, Lituania, Bélgica, Luxemburgo o Rumanía se sumen a su oposición,
Francia va a luchar «en cada etapa» del proceso para la aplicación del acuerdo UE-Mercosur, advirtió la ministra de Comercio Exterior en funciones, Sophie Primas, quien puntualizó que el anuncio del pacto en Montevideo hecho hoy no supone su firma.
«La lucha no ha terminado», subrayó Primas en un mensaje en su cuenta de X la ministra en funciones del país que ha rechazado de forma más tajante este acuerdo de libre comercio por el impacto que teme que tendría para su sector agrícola.
Francia dice que no es una firma y que no ratificará el acuerdo entre la UE y Mercosur
«Lo que ocurre en Montevideo no es una firma del acuerdo, sino simplemente la conclusión política de la negociación», precisó Primas, antes de añadir que lo que se ha hecho en la cumbre de Mercosur «no compromete a los Estados miembros» de la UE.
Asimismo, el Gobierno italiano ha advertido de que no firmará el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur a menos que incluya mayores garantías para los agricultores europeos, según fuentes del gabinete de la primera ministra, Giorgia Meloni.
«Confirmando que la profundización de las relaciones con los países del Mercosur debe seguir siendo una prioridad estratégica, en términos políticos, económicos e industriales, tanto para la UE como para Italia, el Gobierno italiano considera que no hay condiciones para firmar el texto actual», indicaron a EFE las fuentes.
Añadieron que la firma del acuerdo UE-Mercosur «sólo puede tener lugar a condición de que se incluyan garantías y compensaciones adecuadas en caso de desequilibrios en el sector agrícola».
Von der Leyen afirma que hay ‘garantías roustas’ para los granjeros europeos
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dirigió este viernes en Montevideo (Uruguay) a los granjeros europeos descontentos con el acuerdo comercial UE-Mercosur y les aseguró que este incluye «garantías robustas para proteger» su fuente de ingresos.
«A nuestros granjeros: hemos escuchado sus preocupaciones y estamos actuando en ellas», declaró, sentada junto a los jefes de Estado de los países miembros del Mercosur, tras sellar el cierre de las negociaciones después de 25 años.
Von der Leyen aseguró que el tratado era el «mayor acuerdo de la historia» en cuanto a la protección de denominaciones de origen y destacó que los estándares europeos sanitarios y alimentarios «se mantienen intocables».
La presidenta de la Comisión añadió que el acuerdo ahorrará a las empresas europeas 4.000 millones de euros al año en aranceles y abrirá oportunidades de trabajo y de crecimiento en ambos bloques.
Agricultores y ganaderos europeos consideran que el tratado de UE y Mercosur supone dar a alas a la competencia desleal de los productos externos a Europa
Los granjeros franceses han organizado numerosas protestas contra el acuerdo, al considerar que la entrada en el mercado europeo de productos del Mercosur supondría una competencia «desleal» por un supuesto incumplimiento de las exigencias de calidad europeas.
Esa presión ha llevado al presidente francés, Emmanuel Macron, a anunciar que no apoyará el tratado, si bien la ratificación del mismo depende del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE, en el que participan todos los países miembros.
Las negociaciones del acuerdo arrancaron en el 2000 y en 2019 se firmó un texto preliminar que eliminaba gradualmente los aranceles para buena parte del comercio, aunque las discusiones volvieron a encallar.
Los defensores del acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur cree que representa una oportunidad sin precedentes para ambas regiones. Más allá de los desafíos, este tratado puede marcar el inicio de una nueva era de cooperación económica, siempre y cuando se gestionen adecuadamente las tensiones ambientales y políticas.
Contexto histórico y primeros avances
La relación entre la UE y el Mercosur comenzó a consolidarse en 1995 con el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, que sentó las bases para negociaciones más profundas. A pesar de este inicio prometedor, los progresos fueron lentos debido a diferencias fundamentales en políticas comerciales y agrícolas.
Fue en junio de 2019 cuando se alcanzó un «acuerdo de principio», calificado como histórico por ambos bloques. Este avance fue un reconocimiento de la necesidad de profundizar la integración económica y explorar nuevas oportunidades de comercio.
El pacto fue descrito como uno de los más relevantes a nivel mundial, dada la magnitud del impacto económico y político que podría generar.
El acuerdo, además, reflejaba un interés estratégico por diversificar mercados y fortalecer la cooperación entre Europa y América del Sur, en un contexto de creciente competencia económica global.
Obstáculos y apoyos estratégicos
A pesar del entusiasmo inicial, la ratificación del acuerdo se enfrentó a numerosos desafíos, especialmente por las discrepancias entre los estados miembros de la UE. Los principales puntos de tensión giraron en torno a cuestiones ambientales, agrícolas y de sostenibilidad:
Francia, liderada por el presidente Emmanuel Macron, se posicionó firmemente en contra del acuerdo, argumentando que este podría generar una competencia desleal para los agricultores europeos.
También expresó preocupaciones sobre el incumplimiento de estándares ambientales por parte de los países del Mercosur, y alertó sobre los riesgos para la sostenibilidad y los compromisos climáticos globales.
Sin embargo, países como Alemania y España respaldaron el acuerdo, reconociendo su potencial para diversificar el comercio europeo y acceder a mercados emergentes.
Desde una perspectiva geopolítica, el acuerdo es visto como un contrapeso frente al fortalecimiento de otros bloques comerciales, como el de China en América Latina.
Uno de los mayores retos fue la percepción de que los países del Mercosur no adoptan políticas suficientemente estrictas para proteger sus recursos naturales, especialmente en lo relacionado con la deforestación de la Amazonía.
El acuerdo en cifras UE-Mercosur
El acuerdo UE-Mercosur establece un mercado potencial significativo y una amplia gama de sectores productivos implicados.
La Unión Europea (UE) y el Mercosur representan una población combinada de más de 780 millones de personas, lo que hace que el acuerdo cubra uno de los mayores mercados del mundo.
Según datos del servicio de estudios estadísticos de la Comisión Europea (Eurostat), el intercambio comercial entre ambas regiones supera los 109.500 millones de euros (115.904 millones de dólares) anuales.
En 2023, las exportaciones de Europa hacia el Mercosur alcanzaron un valor de 55.700 millones de euros (58.957 millones de dólares), mientras que las importaciones provenientes de esta región sumaron una cifra similar de 53.800 millones de euros (56.946 millones de dólares).
Entre los principales productos exportados por la Unión Europea al Mercosur destacan materiales de transporte, productos farmacéuticos y piezas de automóviles, que en conjunto representan el 35 % del valor total exportado.
Exportación de ganado y piensos
Por otro lado, el Mercosur exporta principalmente ganado y piensos, así como productos petrolíferos y minerales, los cuales en conjunto representan el 70 % del valor total de las importaciones europeas.
Este acuerdo busca potenciar estas cifras mediante la eliminación gradual de aranceles en bienes y servicios.
Respecto a las energías renovables, se espera una inversión significativa en proyectos sostenibles, especialmente en países del Mercosur. Además, la Unión Europea podría exportar más servicios digitales y tecnologías avanzadas.
Este histórico acuerdo permitirá a los países de la Unión Europea asegurar y diversificar sus cadenas de suministro, y crear nuevas oportunidades para todo tipo de empresas, al eliminar aranceles sobre las exportaciones al Mercosur, y ahorrar a las empresas de la UE 4.000 millones de euros (4.243 millones de dólares) en aranceles al año
Adicionalmente, se prevé que el tratado fomente una mayor inversión europea en infraestructura, tecnologías verdes y manufactura en América del Sur.
La firma del acuerdo, un paso decisivo
Las delegaciones de ambos bloques se reunieron hoy en Montevideo para concretar la firma del acuerdo comercial. Este evento no solo representa el final de un proceso diplomático complejo, sino también el inicio de un camino lleno de desafíos.
Aunque la firma del acuerdo es un hito significativo, el proceso de ratificación y la implementación efectiva enfrentan varios obstáculos.
El acuerdo debe ser aprobado por los 27 estados miembros de la UE y los países del Mercosur, un proceso que podría prolongarse debido a las diferentes prioridades nacionales.
La implementación del acuerdo dependerá en gran medida de cómo los países involucrados aborden las preocupaciones ambientales y garanticen un comercio justo y sostenible.
Este tratado tiene el potencial de diversificar los flujos comerciales, fomentando inversiones en sectores clave como la agricultura, la tecnología y las energías renovables.
En un entorno global marcado por tensiones geopolíticas, el acuerdo UE-Mercosur puede fortalecer la posición de ambas regiones frente a potencias como China y Estados Unidos.