El Banco Sabadell, cuando está a punto de definirse su futuro con la decisión que adoptará el Gobierno tras su ‘consulta popular’ sobre la opa del BBVA, ha aprobado este martes una emisión de valores perpetuos eventualmente convertibles en acciones ordinarias de nueva emisión, por un importe nominal de 1.000 millones de euros.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad ha señalado que los valores «son perpetuos, aunque se podrán convertir en acciones ordinarias» si el grupo presentase una ratio inferior al 5,125 % de capital de nivel 1 ordinario (common equity Tier 1 o CET1).
La remuneración de los valores ha quedado fijada en un 6,50 % anual, pagadero trimestralmente, para el periodo que transcurra desde la fecha de emisión hasta el 20 de mayo de 2031, revisándose a partir de entonces cada cinco años.
El Sabadell ve hueco para nuevas fusiones en España siempre que no participen Santander, BBVA y CaixaBank
El Banco Sabadell cree que hay margen en España para más fusiones sin grandes problemas para la competencia siempre que no participen los tres grandes bancos -Santander, BBVA o CaixaBank-, aunque la cúpula de la entidad declaró recientemente que «en este momento» no hay «ninguna probabilidad» de que se den.
El BBVA lanzó hace más de un año una oferta pública de adquisición (opa) sobre el Banco Sabadell, que ha recibido el visto bueno con condiciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y está pendiente ahora de si el Gobierno las endurece.
Cuando se resuelva esta cuestión, el BBVA espera que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apruebe el folleto para abrir el periodo de canje en el que los accionistas del Sabadell tendrán que decidir si aceptan vender sus acciones al BBVA, lo que facilitaría la toma de control del banco catalán.
En paralelo, el Banco Sabadell planea presentar un plan estratégico para convencer a los inversores y accionistas del potencial de la entidad lejos del BBVA.
El Sabadell quiere seguir en solitario
El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, siempre ha defendido que los planes del grupo siguen siendo en solitario, aunque a renglón seguido añadía que el banco estaría «absolutamente abierto a conversaciones con otros».
Y puntualizaba, siempre hablando en futuro, que se trataría de conversaciones «amistosas, constructivas», en las que hubiera sinergias positivas de costes e ingresos también y «en un plano de normalidad», marcando distancia con la decisión del BBVA de lanzar una opa hostil.
González-Bueno argumentaba que hay muchas entidades que entre ellas o con el Sabadell tendrían complementariedad con «impactos mínimos en la competencia» y que, por lo tanto, se podrían corregir de una forma adecuada «sin generar traumas».
Aunque en ningún momento citó nombres, es fácil pensar que se refería a entidades como Unicaja, Abanca, Ibercaja o Kutxabank, pues lo que dejó claro es que nunca serían operaciones entre los cuatro grandes bancos, malo para la competencia y para España.
En la misma línea, la pasada semana, en la rueda de prensa de presentación de resultados, volvió a hablar de una lógica «puramente financiera» de fusiones entre entidades de menos tamaño, pero en plena opa del BBVA, insistió en que la probabilidad ahora mismo es baja.
Cataluña contra la opa
«No veo ninguna probabilidad de movimiento corporativo en España», aseguró. Aun así, añadió, «un banco siempre está abierto a este tipo de cosas, es normal tener los ojos abiertos».
Quizá por esa disposición, los empresarios catalanes planteaban en una misiva al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que un Banco Sabadell autónomo, «quizá aliado con otras entidades financieras peninsulares con centros efectivos de decisión en Barcelona, Alicante, Palma, Málaga o La Coruña», sería garantía de equilibrio social y territorial para el conjunto del país.
A partir de ahí, empezaron a publicarse informaciones que apuntan a que el Gobierno vería con buenos ojos operaciones corporativas del Sabadell con entidades de menor tamaño e incluso que ya se han iniciados contactos con Abanca y con Unicaja.
Aunque no ha habido ninguna comunicación a la CNMV, desde el Sabadell han declinado hacer comentarios «sobre especulaciones» y Abanca ha dejado claro que no tiene interés.