El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha visitado este viernes China, un país que ha calificado de «socio imprescindible para enfrentar los desafíos globales» y con el que ha defendido seguir desarrollando las relaciones tanto españolas como europeas pese a la batalla comercial iniciada por Estados Unidos. Esta defensa de los chinos del Ejecutivo PSOE-Sumar ya fue altamente criticada por el Gobierno de Estados Unidos, y conociendo a Trump puede pasarle una alta factura a España y a los intereses de sus empresas en la primera economía del mundo, para muchas de ellas uno de sus principales mercados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente chino, Xi Jinping, durante la reunión celebrada en Pekín.
El líder socialista español ofrecen al líder comunista chino ser puente entre la UE y el gigante asiático
Sánchez se ha reunido esta mañana con el líder chino, Xi Jinping, a quien ha transmitido que España «es un país profundamente europeísta que ve a China como socio de la UE«.
«España siempre trabajará para favorecer unas relaciones sólidas y equilibradas entre China y la UE (…). Una Europa fuerte contribuye también a la estabilidad y a la prosperidad mundial», ha dicho.
Xi ha pedido al jefe del Gobierno español que Pekín y Bruselas se opongan a «prácticas intimidatorias unilaterales» y protejan «conjuntamente» la globalización.
«Solo mediante la cooperación pueden los países mantener la paz y la estabilidad mundiales, y promover el desarrollo y la prosperidad», ha afirmado el líder chino, según la transcripción oficial de la Cancillería del gigante asiático.
Xi ha recalcado que «China y España son fuerzas positivas que apoyan el multilateralismo», que «no hay ganadores en una guerra comercial» y que «oponerse al resto del mundo significa aislarse», en referencia a EE.UU., que la semana pasada impuso aranceles «recíprocos» a la mayoría de sus socios comerciales, una medida que puso luego en suspenso durante 90 días excepto para los bienes chinos.
Sánchez se alía con China para defender el entendimiento entre países, el orden multilateral y el libre comercio
El viaje, que estaba previsto antes de que Donald Trump desatara su guerra arancelaria, no está bien visto por la administración estadounidense, cuyo secretario del Tesoro advirtió de que acercarse a China sería «como cortarse el cuello».
«La política exterior de España no va contra nadie, va en defensa del entendimiento entre países, del orden multilateral y del libre comercio», ha defendido hoy Sánchez en una rueda de prensa en la Embajada española después de su encuentro con Xi.
Para el presidente China es «un socio imprescindible para hacer frente a los desafíos globales», en un momento «complejo» en el que «toca expandir horizontes y luchar contra los retos globales».
Ha subrayado que cuenta con el apoyo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que visitará China el próximo julio; y ha concluido la conferencia de prensa pidiendo diálogo entre Washington y Pekín: «El mundo necesita que hablen».
Equilibrar la balanza comercial con porcino y cerezas
Se trata de la tercera ocasión en poco más de dos años en que Sánchez se desplaza a China, en esta ocasión acompañado de los ministros de Exteriores y de Agricultura, José Manuel Albares y Luis Planas, respectivamente.
La visita se enmarca en la política de diversificar mercados: uno de los objetivos es reducir el gran desequilibrio comercial, ya que, según los datos del Gobierno, las importaciones procedentes de China ascendieron en 2024 a 45.000 millones de euros y las exportaciones españolas fueron de 7.400 millones.
Así, ambos países han firmado un nuevo protocolo para el acceso de productos porcinos españoles al mercado del gigante asiático, que, no obstante, tiene en curso una investigación «antidumping» sobre las importaciones europeas de este sector.
China abrió el año pasado dicha pesquisa en respuesta a la imposición, por parte de Bruselas, de aranceles contra los vehículos eléctricos (VE) fabricados en el país asiático.
Además, se ha rubricado otro convenio para la exportación de cerezas, con lo que son ya diez los protocolos agroalimentarios firmados entre China y España desde 2018.
También otro que atañe a los productos sanitarios, de medicamentos y cosméticos, sector que tiene dificultades para hacer negocios en China; y se han suscrito nuevos acuerdos de cooperación en materia educativa y de impulso a la producción cinematográfica.
Sánchez asegura que los fabricantes chinos están «alineados con nuestras prioridades»
Otro objetivo del viaje era atraer inversiones chinas a España y, a tal efecto, Sánchez se ha reunido hoy con firmas como las automotrices Leap Motors y Chery, esta última titular de una fábrica conjunta de automóviles junto a Ebro en Barcelona; además de CATL -la mayor productora mundial de baterías-; y las energéticas China Energy y China Three Gorges International (CTGI), Envision, GCL (placas solares) o Hygreen (renovables).
«Son todos ellos sectores de alto valor añadido, alineados con nuestras prioridades, vinculadas con la transformación energética, con la lucha contra el cambio climático, con la reindustrialización de nuestro país», según Sánchez.
El jefe del Gobierno español terminó su viaje con una reunión con el primer ministro, Li Qiang, y con un paseo por la Ciudad Prohibida, el antiguo Palacio Imperial chino, antes de volar de regreso a España.