Sara Anguera. Una franquicia es un acuerdo comercial en el que una empresa ya establecida, conocida como franquiciador. Este es uno de los modelos más usados a la hora de abrir un negocio debido a sus múltiples ventajas y beneficios. Pero, ¿cómo puede abrir cualquier emprendedor su propia franquicia?
Primero, hay que entender cómo funciona el modelo de las franquicias. Este modelo permite a otra persona o empresa, denominada franquiciado, utilizar su marca, productos y sistema de negocio a cambio de una tarifa inicial y pagos regulares. En términos sencillos, es como alquilar un negocio que ya ha demostrado su éxito en el mercado.
Imagina que deseas abrir un restaurante, pero en lugar de empezar desde cero, optas por una franquicia de una cadena ya reconocida. Al pagar una cuota inicial y mensualidades, obtienes el derecho a usar su nombre, recetas y sistema operativo, lo que te permite beneficiarte de su experiencia y apoyo para alcanzar el éxito con mayor rapidez.
¿Cómo funciona el modelo de franquicia?
En este modelo de negocio existen dos figuras principales.
- Franquiciador: Es el propietario de la marca y del modelo de negocio. Cobra derechos de comercialización al franquiciado para permitirle operar bajo su enseña, garantizando el mantenimiento de los estándares de calidad, ofreciendo formación y apoyo técnico.
- Franquiciado: Es quien invierte en la franquicia, operando el negocio bajo los términos y condiciones estipulados. Paga una tarifa inicial y royalties periódicos en función del volumen de ventas o asistencia comercial recibida. Además, suele tener la exclusividad de la franquicia en una zona geográfica determinada y respecto a un tipo de producto específico.
Beneficios y desventajas de una franquicia
Uno de los beneficios más evidentes de este modelo es el reconocimiento de marca, lo que permite ahorrar en publicidad y marketing, facilitando la captación de clientes. Sin embargo, también implica una gran dependencia del franquiciador, lo que puede limitar la capacidad de adaptación ante cambios en el mercado.
Existen diferentes tipos de franquicias según su actividad y nivel de integración. En la franquicia de distribución, el franquiciador cede los derechos de comercialización de productos que él mismo fabrica o adquiere de terceros. En la franquicia de servicios, se transfiere no solo la marca, sino también la idea de negocio y la metodología de prestación de los servicios. La franquicia industrial, por su parte, combina los contratos de licencia y franquicia, permitiendo fabricar y comercializar productos bajo unas especificaciones concretas.
Requisitos para abrir una franquicia en España
Para abrir una franquicia en España, es imprescindible cumplir ciertos requisitos, como estar dado de alta como autónomo o empresa. Algunas franquicias permiten elegir entre ambas opciones, mientras que otras exigen una estructura empresarial específica.
- Estar dado de alta como autónomo o empresa.
- Pagar la tarifa de entrada, que depende de la franquicia elegida.
- Pago de royalties, si el contrato lo estipula.
- Recibir asesoramiento del franquiciador, que debe proporcionar formación y apoyo técnico.
- Entender el contrato antes de firmarlo, revisando los derechos y obligaciones.
- Registrar la franquicia dentro de los tres meses posteriores a su apertura en el registro de la comunidad autónoma correspondiente.
Tipos de franquicia
En España, las franquicias pueden clasificarse según distintos criterios. Por actividad, existen franquicias comerciales, de producción e industriales. Por relación comercial, se pueden encontrar franquicias de participación accionarial, máster, regionales y múltiples. También existen franquicias online, córner, en tienda y shop in shop, dependiendo de su ubicación y modelo de venta.
Las franquicias ofrecen múltiples ventajas, como un modelo de negocio probado, reconocimiento de marca, apoyo y formación por parte del franquiciador, economías de escala en la compra de suministros y una red de apoyo entre franquiciados. También brindan acceso a recursos tecnológicos y reducen los riesgos asociados con la innovación, ya que las estrategias son diseñadas por la empresa matriz. Además, suelen presentar mayores posibilidades de financiación, ya que los bancos consideran a las franquicias menos arriesgadas que los negocios independientes.
¿Puedo abrir mi propio restaurante bajo el modelo de franquicia?
Si deseas abrir un restaurante y no quieres empezar desde cero, una franquicia puede ser una excelente opción. Empresas reconocidas en el sector, como McDonald’s o The Good Burger, ofrecen modelos con un respaldo de marca fuerte, lo que facilita la captación de clientes y reduce la inversión en marketing. Sin embargo, es fundamental evaluar aspectos como la inversión inicial, las condiciones del contrato y la rentabilidad esperada.
Montar una franquicia puede ser una alternativa atractiva para quienes desean emprender sin partir desde cero, pero es fundamental contar con el asesoramiento adecuado antes de tomar cualquier decisión. La inversión inicial y las condiciones del contrato deben analizarse con detenimiento para evitar riesgos innecesarios y asegurar el éxito del negocio.