La banca privada se ha consolidado como uno de los pilares de crecimiento dentro del sector financiero español, en un contexto marcado por la volatilidad económica y los cambios regulatorios. Frente al repliegue de la banca tradicional, que ha reducido su red física y potenciado lo digital, la banca privada mantiene su apuesta por el asesoramiento especializado, la planificación fiscal y el acceso a inversiones exclusivas.
Según el último informe elaborado por Intelect Search, el patrimonio gestionado por la banca privada en España alcanzó los 900.000 millones de euros en 2024, lo que representa un incremento del 20% respecto al año anterior, impulsado por el aumento de las grandes fortunas y la demanda de soluciones patrimoniales más sofisticadas.
Liderazgo por entidades de la banca privada
Santander Banca Privada encabeza el ranking con más de 171.000 millones de euros bajo gestión, seguido muy de cerca por CaixaBank Banca Privada, que alcanza los 163.000 millones de euros. Ambas entidades consideran este segmento como estratégico en su modelo de negocio y han desarrollado propuestas diferenciadas para captar y fidelizar a los clientes de altos patrimonios.
En el caso de Santander, la Banca Privada forma parte de su división global Wealth Management & Insurance, una de las áreas de mayor crecimiento del grupo. Su estrategia está centrada en ofrecer un servicio de alto valor apoyado en su escala global y el desarrollo de plataformas tecnológicas comunes, impulsadas por la inteligencia artificial y el análisis de datos.
Por su parte, CaixaBank ha apostado por un modelo basado en el asesoramiento independiente y la gestión discrecional de carteras, con 47.000 y 35.000 millones de euros gestionados en cada modalidad respectivamente. La entidad cuenta con la mayor red de oficinas del país y una oferta segmentada que abarca desde Independent Advisory (activos entre 1 y 4 millones), CaixaBank Wealth (para grandes patrimonios), hasta su servicio OpenWealth Multi-family Office, a partir de los 50 millones de euros.
La banca privada no solo representa un canal de rentabilidad, sino que se ha convertido en un refugio de estabilidad y planificación patrimonial a largo plazo, en especial ante los desafíos del entorno macroeconómico actual. El auge del segmento, que vive un auténtico «boom» desde 2022, pone de manifiesto la creciente necesidad de las grandes fortunas por contar con servicios financieros más personalizados, diversificados y sofisticados.
Con el impulso de la tecnología, la profesionalización de los equipos y una oferta cada vez más orientada al cliente, la banca privada se consolida como un actor clave del nuevo mapa financiero español.