Los despidos en el sector del automóvil comienzan a llenar la mesa del Ministerio de Teresa Ribera

Los despidos en el sector del automóvil comienzan a llenar la mesa del Ministerio de Teresa Ribera

26 marzo, 2019
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Actualizado: 26 marzo, 2019 20:11
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Nissan ha anunciado 600 despidos en España, en concreto, en Barcelona, pero no será la única ante la caída de ventas de coches que llevan seis meses consecutivos a la baja, desde septiembre de 2018 a febrero de 2019, tras el ataque sufrido por el propio Gobierno de Pedro Sánchez al sector.

Aunque el Gobierno ha intentado poner un parche a todo el daño hecho al sector del autómovil en pocos meses en su último borrador sobreel Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2021-2030 no incluyendo la circulación de vehiculos combustión a partir de 2040, pero sí su comercialización, el hecho es que el consumidor está más confundido que nunca.

Y es que  nadie, ni fabricantes, ni clientes, ni siquiera el propio Gobierno sabe que va a pasar con el futuro del automóvil, por lo que esa inseguridad jurídica incide negativamente en las ventas, y a menos ventas, menos producción y a menor producción menos empleo. Los fabricantes estiman que el ‘fin del diésel’ puede afectar a 40.000 empleos. Renault incluso ha llegado a exigir a Sánchez una declaración institucional a favor de los coches de combustión.

Las grandes fábricas españolas, vitales para el PIB nacional por el empleo directo e indirecto que generan, además de las divisas que ingresan en las arcas públicas por las exportaciones, están diseñadas para la fabricación de motores tradiciones de gasolina y diésel. Ninguna fabrica motores híbridos, a no ser de gas, y muy pocos 100% eléctricos, como algún modelo urbano de Renault, que son los únicos modelos que suben en ventas.

Nissan ha anunciado hoy que tiene que prescindir al menos a 600 trabajadores y no descarta más despidos en el futuro. Ford, clave en la economía valenciana y española, ha anunciado que traslada la producción desde la fábrica de Almussafes de su furgoneta Transit para el mercado de Estados Unidos a México, lo que puede afectar a 400 trabajadores. Seat ha anunciado que tiene que reducir su producción en Martorell por la escasa demanda del A-1, uno de los modelos que se fabrica allí. PSA-Vigo tiene abierto un ERTE que afecta al menos a 800 trabajadores. Renault ha denunciado las dificultades para fabricar motores.

Conforme las líneas de producción de los tradicionales motores de gasolina y diésel se vayan sustituyendo por los motores eléctricos cada vez harán falta menos trabajadores en ese sector, ya no sólo en las fábricas, sino también en los concesionarios y talleres porque el coche eléctrico tiene menos componente mecánicos y, por tanto, menos elementos que revisar o mantener.

La industria pasa por momentos delicados y su transformación de motores de combustión a motores cero emisiones va a dejar por el camino a miles de trabajadores sin empleo, especialmente, si se hace con la falta de rigor que ha presidido las actuaciones del Ministerio para la Transición Ecológica, Reyes Maroto, que sólo recibe alabanzas de las presidente de las grandes eléctricas, como Ignacio Sánchez Galán, que no de sus trabajadores que ven como las central térmicas también echan el cierre acabando con el empleo de  miles de trabajadores, directo e indirectos. Por el contrario, Maroto es muy criticada por los trabajadores y empresarios del sector del automóvil.

Y por cierto, las empresas del automóvil no son las únicas que tienen previstos despidos, otras, incluidos los bancos, tienen planes de ajustes de plantilla que pueden afectar a 14.000 trabajadores. Y eso que la economía española, según el Gobierno de Sánchez, va como un tiro.

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