Pasar de una estrategia conservadora a una más dinámica en inversión no es sencillo. Muchos ahorradores siguen viendo en la renta fija una opción segura, aunque no esté exenta de riesgos, especialmente en contextos de volatilidad en los mercados. En ese tránsito hacia activos con mayor riesgo, los bonos convertibles y los fondos de deuda se presentan como una herramienta útil para quienes quieren empezar a tomar exposición a la renta variable sin abandonar por completo la renta fija.
Estos títulos, que combinan características de deuda y de acciones, ofrecen cupones al inversor y, llegado el momento, pueden convertirse en acciones si se cumplen ciertas condiciones. Aunque su rentabilidad varía en función del mercado, los fondos europeos centrados en este tipo de activos obtienen una media del 6% en lo que va de año, según datos de Morningstar Direct al 17 de junio. Algunos vehículos han superado incluso el 11%, como el BNP Paribas Europe Convertible, mientras que otros, como los fondos de Groupama, se sitúan en torno al 9%.
Los bonos convertibles tienen vencimientos que suelen oscilar entre los cinco y los diez años, y ofrecen una rentabilidad superior a los bonos tradicionales para compensar el riesgo que asumen los inversores. Aunque en teoría podrían mantenerse a perpetuidad, habitualmente disponen de ventanas que permiten su rescate o conversión.
Los fondos europeos destacan frente a los estadounidenses
Según Félix López, socio director de Atl Capital, estos productos tienen una correlación mayor con la renta variable que otros activos de renta fija, por lo que pueden ser una opción interesante para quienes quieren empezar a asumir algo más de riesgo. No obstante, advierte que, dado que muchas emisiones tienen calificación de high yield y están ligadas a sectores en crecimiento y empresas de tamaño medio, no son recomendables para quienes buscan ingresos estables y recurrentes.
En 2025, el segmento europeo de convertibles está destacando frente a sus homólogos globales y estadounidenses. Un entorno monetario más predecible en Europa, unido a los planes de inversión en infraestructuras y defensa, ha impulsado este mercado. Actualmente, cerca del 67% de las emisiones europeas muestran rentabilidades positivas, respaldadas por unos diferenciales de crédito más favorables y un mayor atractivo en términos de rentabilidad frente al riesgo.
Aunque muchas emisiones no cuentan con rating, alrededor del 19% de las nuevas emisiones en 2025 han obtenido grado de inversión, lo que indica una mejora de la calidad crediticia. Desde Groupama AM apuntan que también ha aumentado el número de compañías consolidadas que recurren a este mercado, lo que refuerza su atractivo.
Skander Chabbi, responsable del área de convertibles en BNP Paribas AM, señala que la creciente incertidumbre económica ha llevado a muchas empresas a financiarse a través de convertibles, ofreciendo condiciones ventajosas a cambio de proporcionar a los inversores una atractiva opcionalidad. Desde finales del tercer trimestre de 2024, se ha notado un repunte en el interés inversor, alentado por nuevas emisiones, fusiones y adquisiciones, y una relación rentabilidad-riesgo competitiva frente a otros activos.