La creciente tensión política y comercial entre Estados Unidos y Canadá, avivada por las últimas medidas de la Administración Trump, ha llevado a importantes gestoras canadienses a limitar los desplazamientos de sus empleados a territorio estadounidense y a explorar nuevas alternativas de inversión fuera del país, atraídos por los fondos de inversión españoles.
Una de las decisiones más significativas ha sido la de Alberta Investment Management Corporation, que ha restringido los viajes de su personal a EE.UU. a aquellos considerados estrictamente esenciales. Una medida que, según fuentes del sector financiero en España, no ha sorprendido a varias gestoras nacionales, conscientes de las oportunidades a largo plazo que está empezando a generar este nuevo escenario geopolítico.
En paralelo, desde Ottawa, el gobierno de Mark Carney ha advertido a sus ciudadanos sobre el riesgo de inspecciones aleatorias a dispositivos móviles en la frontera estadounidense, una señal de la creciente incomodidad diplomática. Este ambiente ha provocado una caída del 10% en los viajes de canadienses a EE.UU. en marzo, y un descenso aún mayor desde Europa, cercano al 15%, según cifras oficiales.
También instituciones relevantes como el Children’s Hospital of Eastern Ontario han aconsejado a su personal evitar desplazamientos a Estados Unidos, según avanzó Bloomberg. Esta entidad, dependiente del gobierno de Ontario y vinculada al potente Ontario Teacher’s Pension Plan (OTPP), uno de los fondos de pensiones más grandes del mundo con 266.000 millones de dólares en activos, ha empezado a buscar activamente nuevas oportunidades de inversión en Europa.
En este contexto, agentes financieros que mantienen contacto con inversores canadienses en España aseguran que ya se estudian proyectos a largo plazo vinculados a las grandes apuestas de la Unión Europea en sostenibilidad energética y defensa, en un movimiento que podría acelerar la entrada de capital institucional norteamericano en mercados europeos.