El pesimismo se instala entre los gestores de fondos europeos, que prevén un claro enfriamiento de la economía global en los próximos meses, con Estados Unidos como principal motor de esa desaceleración. Así lo refleja la última encuesta mensual de Bank of America (BofA), que toma el pulso al sentimiento inversor en la industria.
Según el sondeo, un 82% de los encuestados —el porcentaje más alto desde que existen registros a comienzos de siglo— anticipa un deterioro de la economía mundial en los próximos doce meses, impulsado en buena parte por las políticas arancelarias impulsadas por la Administración estadounidense de Donald Trump.
El temor a una recesión se ha disparado notablemente. Si en la anterior edición de la encuesta solo un 11% consideraba probable un aterrizaje brusco de la economía mundial, ahora esa cifra se ha elevado hasta el 49%.
El mayor pesimismo se concentra en torno a Estados Unidos: un 89% de los gestores prevé una desaceleración de su crecimiento en el corto plazo. En contraste, solo un 4% cree que China experimentará una pérdida de impulso económico, respaldada por las expectativas de nuevos estímulos fiscales y monetarios.
Los gestores elevan sus niveles de liquidez ante la incertidumbre
En este contexto de creciente incertidumbre, los inversores han elevado sus niveles de liquidez, que alcanzan ya el 4,8% a nivel global y el 4,5% en Europa. Al mismo tiempo, las previsiones sobre los rendimientos de los bonos a 10 años han caído, con un 5% de los encuestados esperando una bajada, la primera lectura negativa registrada en 2025.
Por lo que respecta a Europa, los gestores han rebajado las expectativas de que la región pueda desacoplarse del debilitamiento global. Solo un 37% confía en un crecimiento sólido en los próximos doce meses, frente al 60% que lo creía posible en la encuesta anterior. Aun así, persiste cierta confianza en que las medidas fiscales alemanas podrían suponer un punto de inflexión: el 50% de los gestores sigue apostando por que la economía europea logre sortear los obstáculos procedentes de EE. UU., aunque un 44% considera inevitable que la región acabe viéndose afectada.
Por último, en cuanto al riesgo inflacionista, un 57% de los participantes proyecta un aumento de la inflación a escala global como efecto de las políticas comerciales estadounidenses, aunque solo un 5% cree que Europa sufrirá un repunte significativo de precios.
