Un salario justo

Un salario justo

07 febrero, 2020
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Actualizado: 07 febrero, 2020 11:57
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Se nos llena la boca hablando de la salida de la crisis pero muchos de nosotros vivimos instalados en una realidad laboral mucho peor que la que teníamos antes de 2008. Es una percepción que muchos ciudadanos comparten, pero no se queda en eso, en una sensación. Si miramos las cifras que nos ofrece, por ejemplo, el último estudio al respecto de Infojobs, vemos que cuatro de cada diez trabajadores cobran igual o menos que antes de la crisis. Y no solo los estudios privados confirman esa tendencia. En las estadísticas de la Agencia Tributaria se recoge, en el tramo de 36 a 55 años, el que mayor masa salarial mueve en nuestro país, el sueldo medio es inferior al de antes de la crisis. 

Cómo puede ser que nuestra economía apostara por la mejora de la competitividad a través de la devaluación de salarios y que, una década después, esta medida, supuestamente coyuntural, se haya instalado sin vuelta atrás en la realidad de los trabajadores. Se nos vendió que esa rebaja era la forma que teníamos los empleados de arrimar el hombro y, sin embargo, ese retroceso en nuestros derechos se consolidado en nuestras nóminas. De hecho, uno de cada cinco trabajadores ha perdido, durante 2019, poder adquisitivo. Eso sí, como en todo, en esto también hay clases, en el ámbito directivo son muy pocos los que cobran menos que entonces, de hecho, 7 de cada diez han mejorado su salario. 

Todos los trabajadores entendemos que los sueldos no pueden poner en peligro la viabilidad de la empresa que nos da de comer. Pero hay datos que claman al cielo y que nos muestran que hay una vía intermedia entre los magros sueldos que cobramos y los salarios que harían peligrar nuestras empresas. Según la Organización Internacional del Trabajo, en lo que llevamos de siglo, la productividad laboral de los países desarrollados ha crecido cuatro puntos porcentuales más que los salarios. Señores empresarios, no tienen excusa, no solo es un deber moral retribuir de forma suficiente, justa y en consonancia con su trabajo, su productividad y los costes de la vida a quienes les hacen ganar dinero sino que, además, un país con salarios más altos tendrá mayor consumo interno y la rueda de la actividad económica girará con mayor intensidad generando un círculo virtuoso del que todos, empresarios y trabajadores, saldremos beneficiados.

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