El viejo continente está muy avanzado tecnológicamente, pero hasta ahora no se había tomado excesivamente en serio la seguridad
Los cables submarinos a través de los de los cuales pasa la energía eléctrica y las redes de telecomunicaciones se rompen y dejan a ciudades incomunicadas o sin electricidad. Los sistemas informáticos de varios hospitales de una de las mayores ciudades del mundo se caen y 800 operaciones quirúrgicas deben ser canceladas. Los gobiernos locales de un país del G-7 pierden su conexión a internet por ataques a la red terrestre de fibra óptica. Una serie de incendios provocados en conexiones de fibra óptica paralizan los trenes de alta velocidad de dos países.
No es un relato del Apocalipsis. Todo eso ha sucedido en seis países de Europa -Finlandia, Estonia, Reino Unido, Bélgica, Alemania y Francia- en los últimos tiempos.