Nicolás Maduro juró el pasado viernes para repetir mandato como presidente de Venezuela ante las denuncias internacionales de fraude y aislamiento. Entre ellas están las de los líderes del G7, que critican «la falta de legitimidad democrática de la supuesta investidura de Maduro», en un comunicado emitido por el Departamento de Estado de EEUU.
Los representantes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y EEUU también condenaron «enérgicamente» la represión que se está produciendo en Venezuela contra la sociedad civil y los miembros de la oposición, incluida la dirigente opositora María Corina Machado.
La oposición mayoritaria venezolana y muchos países del mundo reivindican que Edmundo González Urrutia fue el ganador de los comicios de julio pasado. El presidente electo reconocido por 12 países dejó claro en un mensaje a sus seguidores que la lucha de los demócratas no ha acabado.
Por su parte, Maduro aseguró en su toma de posesión que Venezuela se prepara junto con Cuba y Nicaragua para «tomar las armas», de ser necesario, con el fin de defender «el derecho a la paz», y advirtió que «nadie se equivoque» con el país suramericano.