Cepsa destina 42 millones en 2023 para optimizar la gestión ambiental en el Campo de Gibraltar
El Parque Energético San Roque ha logrado reducir su consumo de agua en un 5,3% en comparación con el año anterior y un 15% en los últimos tres años. En la planta química, el ahorro de agua ha sido del 17%.
Los centros industriales de Cepsa en San Roque, el Parque Energético San Roque y la Planta Química Puente Mayorga, invirtieron 42,1 millones de euros en gestión ambiental el año pasado, con un enfoque particular en mejorar la gestión del agua y reducir las emisiones. En total, se han destinado 172 millones de euros a iniciativas ambientales en los últimos tres años. El Parque Energético San Roque celebra 25 años de su declaración EMAS, hito alcanzado por la Planta Química Puente Mayorga hace dos años. Del total invertido, 32,9 millones se han destinado al Parque Energético San Roque y 9,2 millones a la Planta Química Puente Mayorga.
Mejoras en la gestión del agua y clima
Compromiso y esfuerzos destacados Rosendo Rivero, Director del Parque Energético San Roque, ha resaltado el compromiso del equipo de Cepsa en San Roque y del equipo de Protección Ambiental en su esfuerzo por reducir el consumo de agua mediante reciclaje y reutilización en procesos actuales y nuevos proyectos. La declaración presentada es un paso adelante en la transición energética de Cepsa y sus clientes, posicionando al Campo de Gibraltar y Andalucía como piezas claves en la independencia energética de Europa.
Javier López Pupo, Director de la Planta Química Puente Mayorga, mencionó los avances en sostenibilidad durante 2023, enfocados en la producción de moléculas verdes como los productos NextLAB, que reducen la huella de carbono de Cepsa y sus clientes, y destacó los esfuerzos para alcanzar las cero emisiones netas antes de 2050.
Cumplimiento de límites y reducciones significativas Ambos centros han cumplido con los límites de emisiones atmosféricas establecidos en las Autorizaciones Ambientales Integradas. El Parque Energético San Roque mantiene sus emisiones de dióxido de azufre (SO2) en niveles históricamente bajos y ha instalado un separador electroestático en la unidad FCC para reducir las emisiones de partículas en un 38%. La Planta Química Puente Mayorga ha instalado nuevos electrofiltros para reducir sus emisiones.
La compañía ha implementado una hoja de ruta de Economía Circular, certificada por AENOR, que minimiza la captación de agua dulce y maximiza el uso de residuos como materia prima, cuidando la biodiversidad. En 2023, el Parque Energético San Roque redujo su consumo de agua en un 5,3% respecto al año anterior y un 15% en comparación con 2021, gracias a la puesta en marcha de una nueva planta de recirculación de aguas que recicla el recurso, logrando un ahorro adicional del 25%.
La planta de tratamiento de aguas del Parque Energético también trata los efluentes de la Planta Química Puente Mayorga, cumpliendo con los valores autorizados y logrando un volumen de efluentes un 39,5% inferior al permitido.
Cepsa tiene un acuerdo con ARCGISA para usar agua regenerada de una futura estación depuradora en sus instalaciones, destinada a producir hidrógeno verde.
En la planta química, además del ahorro de agua del 17%, se han introducido materias primas sostenibles en la producción de LAB, y gracias a la unidad Detal, la planta ha reducido la generación de residuos en un 50% en los últimos cinco años.
Mitigación del impacto ambiental
Cepsa en San Roque trabaja para ser más eficiente en el consumo energético, lo que disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la calidad del aire. La compañía está certificada bajo la norma ISO 50001, que promueve la eficiencia energética y la reducción de emisiones.
Ambos centros industriales han logrado la certificación única del sistema de gestión ambiental conforme a la norma ISO 14001 y la validación de la Declaración Ambiental EMAS, una herramienta de gestión ambiental que reconoce el compromiso de mejora continua, verificado por auditorías independientes. La declaración facilita información sobre el comportamiento medioambiental de los centros y su mejora continua en protección ambiental.
Las declaraciones también incluyen información sobre control de ruidos, gestión de emisiones al aire, y acciones formativas y de sensibilización para el personal y las empresas auxiliares, estando siempre disponibles para el público y las instituciones.