Anged calcula que la jornada de 37,5 horas tendría un coste de 461 millones
La patronal española de empresas de gran distribución Anged calcula que reducir de forma lineal la jornada laboral de los trabajadores del sector a 37,5 horas semanales como planea el Gobierno tendría un coste económico de 461 millones de euros para estas empresas.
Esto supondría un incremento de los costes laborales del 5,8 % por la pérdida de 24,2 millones de horas de trabajo anuales, explica Anged en una nota remitida hoy, que añade que para el conjunto del comercio minorista, el impacto de la reducción de la jornada laboral será de 2.888 millones euros.
Anged hace estas advertencias el mismo día en que el Ministerio de Trabajo se vuelve a reunir con sindicatos y patronal para avanzar en la negociación de la reducción de la jornada, tras la última propuesta del Gobierno que plantea mayor flexibilidad en la disminución de horas de trabajo.
Según explica la economista jefe de Anged, Yolanda Fernández, las empresas pertenecientes a la asociación -El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo e Ikea, entre otras- que representan el 12,3 % del empleo total del comercio, van a asumir el 16% del coste de la reducción de la jornada.
Anged: ‘La reducción de la jornada laboral cambia las reglas del juego’
Esto se debe que casi toda la plantilla de estas empresas la conforman asalariados, frente al conjunto del comercio, que cuenta con un 25 % de trabajadores autónomos, que no se ven afectados por la medida.
«La imposición de una reducción de la jornada laboral fuera del ámbito del diálogo social cambia las reglas de juego para todos los sectores», especialmente, para el comercio, que ha buscado fórmulas que permitan la conciliación profesional y familiar sin pérdida de capacidad productiva para las empresas, dice Anged.
En el caso de los grandes almacenes, el convenio colectivo acordado en 2023 mantiene la jornada en 1.770 horas anuales a cambio de incrementos salariales del 17 % en el periodo de vigencia del convenio, entre otras medidas como la planificación trimestral o la limitación del trabajo en domingos y festivos.
Estas fórmulas, añade, ofrecen a las empresas mecanismos de flexibilidad para que las reducciones efectivas de la jornada de sus trabajadores se realicen en los momentos de menor actividad, sin perder por tanto productividad.
Hay que tener en cuenta que en sectores como el comercio, la presencialidad en las tiendas es necesaria, por lo que se necesitan fórmulas flexibles para adecuar la organización del trabajo a los ciclos de mayor afluencia de cliente.