Talgo había llegado a un acuerdo con la húngara Ganz Mavag para una opa por el 100% del capital a cinco euros la acción. Pese a que la empresa húngara es de un país de la Unión Europea, el Ejecutivo de Sánchez vetó la operación argumento motivos de «seguridad nacional». Desde entonces el Gobierno no ha dejado de inmiscuirse en su gestión, pese a que se trata de una empresa privada donde sus accionistas debería tener la última palabar, y hoy ha vuelto a insistir en decidir desde el poder político el futuro empresarial del fabricante de trenes.
Así, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, ha asegurado este miércoles que el Gobierno sigue trabajando para lograr que Talgo sea «una industria que genere prosperidad y proyecto industrial en España».
«Estamos trabajando y hablando con mucha gente», se ha limitado a apuntar Hereu durante una entrevista concedida a EFE con motivo de la inauguración este miércoles de una nueva edición de Fitur al ser preguntado sobre el estado de las negociaciones para encontrar un socio industrial para el fabricante ferroviario vasco.
En línea con lo argumentado desde hace meses por el Gobierno, el ministro ha explicado que Talgo es una empresa que «durante décadas ha desarrollado una magnífica industria ferroviaria que comporta mucha innovación también en el transporte y en el cambio intermodal» y ahora se busca mantener la españolidad de la empresa y de sus decisiones industriales.
«Como ministro de Industria lo que quiero es que se desarrolle industria en España», ha explicado Hereu para apoyar el objetivo de encontrar un socio industrial local, aunque en ningún momento se ha referido concretamente a Sidenor, otra firma vasca que negocia entrar en su capital, con el beneplácito del Gobierno tanto central como local.
La oferta de Sidenor, a cuatro euros por acción y solo por el 29,9% del capital, solo gusta al Gobierno central y vasco, pero no a los accionistas de Talgo que han perdido mucho dinero en Bolsa desde el veto a la opa de Ganz Mavag
De hecho, ayer martes, el diputado general de Álava, Ramiro González, defendió que la propuesta del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, para entrar en Talgo «no es especulativa» sino que garantiza el proyecto industrial de la empresa y también su arraigo con Álava, el territorio donde se fundó.
Sobre la mesa también está el interés mostrado por la sociedad pública polaca Polish Development Fund (PDF), propietaria de Pesa, fabricante nacional de ferrocarriles.
La previsión del Gobierno de que la venta se efectúe en breve plazo están impulsando la cotización del fabricante, que en la última semana ha subido un 3,8 % y en el último mes más de un 9,6 %, con lo que sus acciones se cotizan alrededor de los 3,76 euros. Eso sí, muy pode bajo de lo que llegó a estar con la oferta de cinco euros de Ganz Mavag. Ahora, que recupera terreno, está incluso más de un euro por debajo de lo que ofrecían los húngaros.
Talgo confirmó en octubre pasado su decisión de iniciar negociaciones con el grupo industrial siderúrgico Sidenor a fin de analizar una posible transacción.
En diciembre, Sidenor ofreció comprar el 29,9 % de Talgo, actualmente en manos de Trilantic, a un precio de 4 euros por acción, lo que supondría valorar esa participación en 150 millones de euros y en unos 500 millones el total de la compañía.
Esta cantidad es sustancialmente inferior a los 5 euros por acción (185 millones por el 29,9 % y 620 millones por el 100 %) ofertados por la húngara Ganz Mavag (Magyar Vagon), que en marzo lanzó una opa por la totalidad del capital de Talgo, vetada finalmente en agosto por el Gobierno español por razones de seguridad nacional.