La húngara Magyar Vagon, que lanza la opa, y Talgo, que la apoya, desafían al Gobierno

El grupo húngaro Magyar Vagon ha anunciado este jueves el lanzamiento de una opa sobre el 100 % de Talgo, por 619 millones de euros, que apoya la compañía española y su principal accionista, pese a pronunciamientos en contra del Gobierno español, que en boca de su ministro de Transportes, Óscar Puente, ha dejado claro que se opone a la operación, porque considera al fabricante de trenes una empresas estratégica.

El consorcio húngaro -a través de su vehículo inversor Ganz-MaVag- ha comunicado este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su intención de hacerse con el capital de la constructora ferroviaria, una operación que lleva en el aire desde mediados de noviembre de 2023, pendiente del visto bueno de los bancos acreedores y de las conversaciones con el Gobierno español.

El Gobierno PSOE-Sumar, presidido por Pedro Sánchez, ha advertido de que Talgo es una empresa que opera en un sector estratégico para el país y se mantendrá por lo tanto «vigilante» ante la opa lanzada por el consorcio húngaro Ganz-MaVag.

Ayer el ministro de Transportes, Óscar Puente, dijo en un foro privado, que luego trascendió, que el Gobierno «hará todo lo posible» para evitar la opa, ante el temor de que detrás de la oferta esté el Gobierno ruso.

Cinco euros por acción

La oferta de la compañía -que la firma húngara prevé presentar formalmente poco antes de que acabe el plazo preceptivo de un mes- se lanza a 5 euros por acción, a pagar en efectivo y condicionada a que sea aceptada por, al menos, el 50 % más una acción.

Supone valorar la empresa en 619 millones, un 13,8 % por encima del precio de cierre de la acción en Bolsa este jueves (4,39 euros).

Sobre el precio de cierre del pasado 15 de noviembre, el día previo a que se hiciera público el interés del consorcio de Hungría, la prima se sitúa en el 27,7 %.

El capital de Talgo está actualmente en manos de los dos principales accionistas, Trilantic y Torreal, que en conjunto controlan en torno a un 45 %, en tanto que casi un 55 % está cotizando en bolsa.

Según el consorcio húngaro, la operación pretende reforzar la capacidad industrial de Talgo y abrirle mercados estratégicos y en crecimiento en Europa. Añade que mantendrá en España la sede, la capacidad de fabricación y la actividad; así como el empleo, la marca y la relación comercial estratégica con Renfe.

El grupo combinado resultante tendrá una facturación superior a los 700 millones de euros y una plantilla global de 5.500 empleados, con operaciones en Europa, su mercado principal, Estados Unidos, norte de África y Oriente Medio, según las fuentes húngaras. En 2023 Talgo facturó 652 millones de euros.

Talgo cree que es atractiva para los accionistas

El consejo de administración de Talgo ha confirmado por unanimidad que la opa es «amistosa» y «atractiva» para los accionistas y tiene una opinión «preliminar favorable» sobre el precio, según una información remitida a la CNMV.

No obstante, el consejo de administración esperará a conocer el folleto de la opa para poder analizarlo en detalle.

Ese análisis, según ha explicado Talgo en un comunicado, se llevará a cabo principalmente sobre cuestiones como el mantenimiento del empleo y la capacidad industrial en España, así como la sede y la dirección de la compañía.

La española aclara también que quiere conservar la titularidad de Patentes Talgo sobre los derechos de propiedad intelectual y patentes.

El principal accionista, Trilantic, a través de Pegaso, también ha expresado su intención de aceptar la oferta.

Desde Trilantic la ven con buenos ojos teniendo en cuenta la prima que supone, pero quieren revisar detalladamente todas las aristas y les preocupa particularmente el plan industrial, así como el compromiso para preservar la españolidad del fabricante de trenes, dijeron a EFE fuentes cercanas.

El Gobierno dice que quiere garantizar la estabilidad de Talgo

«Siempre vamos a defender los proyectos industriales estratégicos y los puestos de trabajo», han dicho a EFE fuentes del Ejecutivo, que han resaltado que se espera garantizar la «estabilidad futura de Talgo».

Las fuentes del Gobierno han destacado que España cuenta con un marco «reforzado el año pasado» para el análisis y control de inversiones, garantizando que las operaciones no afectan a los intereses de España en materia de salud, seguridad y orden público, y que busca guardar el equilibrio para seguir siendo atractivos como destino inversor.

Una compañía ligada a Orbán

La empresa que lanza la opa es propiedad de un antiguo asesor del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Fue creada en 2020 por Kristóf Szalay-Bobrovniczky, actual ministro húngaro de Defensa, y se ha consolidado en el sector ferroviario a través de privatizaciones en aquel país.

Detrás de este consorcio están DJJ y András Tombor, de 52 años, que también es dueño de la empresa aeronáutica checa Aero Vodochody y que fue consejero de asuntos de seguridad nacional de Orbán durante su primer ejecutivo entre 1998 y 2002.

El inversor también es propietario de empresas del sector vinícola, de relaciones públicas, de publicidad y televisión, entre muchas otras.

DJJ fabrica actualmente unos 700 vagones para la empresa ferroviaria estatal de Egipto y fue adquirida por Magyar Vagon en 2020 para ampliar su presencia en la industria local de fabricación de maquinaria ferroviaria.

Talgo tiene pendiente una reclamación por parte de Renfe de una compensación por valor de 116 millones de euros por el retraso de más de tres años en la entrega de los trenes de alta velocidad S106, conocidos como Avril, aún en proceso de prueba.

Según el informe de retribuciones de la compañía enviado a la CNMV el pasado 28 de febrero, el consejero delegado, Gonzalo Urquijo, tiene firmado un compromiso de retribución en acciones, con 889.878 títulos, que se hará efectivo tras 24 meses desde la fecha de un cambio de control. En ese caso cobraría 4,45 millones.