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Telefónica cae más del 2% en Bolsa tras nombrar Sánchez a Ocaña como consejero y superar la Sepi el 7% del capital

Telefónica cae más del 2% en Bolsa tras nombrar Sánchez a Ocaña como consejero y superar la Sepi el 7% del capital

08 mayo, 2024
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Actualizado: 08 mayo, 2024 19:59
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Francisco Perarnau. El IBEX 35 ha ganado este miércoles el 0,65 % y ha rozado el máximo anual logrado a finales de abril por encima de 11.150. Sin embargo, no todos los valores han contribuido a esa subida y entre las decepciones del día ha estado Telefónica, que ha bajado el 2,20% y cerrado a 4,19 euros por acción.

A los inversores, por su carácter intervencionista, no le gustan los movimientos que ejecuta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la multinacional española. La Sepi, la sociedad pública por la que el Estado controla sus participaciones industriales, tiene ya más del 7% de la multinacional española, lo que le ha llevado a pedir, sin esperar a la convocatoria de una junta extraordinaria, el nombramiento de un consejero, lo que ha implicado la dimisión de uno de sus 15 consejeros. La sacrificada es Carmen García Andrés, que actualmente preside la Fundación Tomillo y ha dedicado su carrera al asesoramiento a grandes empresas multinacionales implantadas en España con proyección internacional.

El elegido del Gobierno es Carlos Ocaña, amigo de Pedro Sánchez, coautor del libro sobre su tesis electoral rodeada de sospechas de plagio, y vinculado a Miguel Sebastián, actual consejero de Indra y exministro de Industria con Zapatero que tuvo ideas tan brillantes como la compra de bombillas chinas de bajo consumo que se pudrieran en los almacenes de Correos o el polémico almacén de gas Castor, que ha costado a los contribuyentes españoles 1.350 millones de euros en indemnización a ACS, la promotora del proyecto, por lo firmado por el exministro socialista.

Telefónica, una multinacional admirada en las telecomunicaciones donde el Gobierno de Sánchez ha metido la mano

Telefónica ha escalado hasta los primeros puestos del ránking mundial de las telecomunicaciones gracias a la gestión del equipo capitaneado por su presidente José María Álvarez Pallete. De hecho, ese buen hacer ha sido el que ha provocado el interés de numerosos inversores, como el grupo árabe STC Gruop, por Telefónica, que cuenta entre sus accionistas con inversores del calibre de CriteriaCaixa o de BlackRock, la mayor gestora del mundo por activos.

El operador ha invertido 71.500 millones de euros desde 2015 hasta la actualidad, ha generado un beneficio neto de 21.000 millones de euros y ha registrado una generación de caja de casi 40.000 millones, un destacado «cambio profundo» de Telefónica a lo largo de su historia, en un contexto en el que la teleco ha celebrado este año su primer centenario.

Y lo que ocurre es que muchas veces, por no decir siempre, los intereses políticos de un Gobierno no convergen bien con los intereses empresariales de una compañía, que ante todo, lejos de miras ideológicas, tiene como objetivo principal rentabilizar la inversión de sus accionistas, con un proyecto empresarial sólido basado en la confianza de sus clientes.

El antecedente de Indra

Por eso, a Telefónica le han metido, como en su día el Gobierno hizo con Indra, que despidió con apoyo del fondo Ambar Capital, propietario de Prisa, el grupo de medios de comunicación de medios como El País, Cinco Días o la Cadena SER, afín a Sánchez, en el enjambre de la lucha de poder. Todos los inversores conocen bien como ha terminado la historia de Indra. Marc Murta entró como presidente no ejecutivo y terminó despidiendo a todo el equipo gestor anterior. Ya ha asumido funciones ejecutivas, con aumento de sueldo acorde a sus nuevas responsabilidades al servicio de los intereses del Gobierno.

Por ello, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido la idoneidad del economista Carlos Ocaña como candidato del Gobierno para incorporarse al consejo de administración de Telefónica y se ha mostrado seguro de que desempeñará dicho puesto con las «máximas garantías». Desde luego, que sí. Ocaña cumplirá, sin lugar a dudas, lo que Sánchez le indique para Telefónica, no en vano, como diría Óscar Puente, es el «puto amo».

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