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La izquierda y su obsesión por los impuestos y las tasas

La izquierda y su obsesión por los impuestos y las tasas

La directora general de Consumo, Bibiana Medialdea, Ministerio dirigido por el comunista Alberto Garzón, ve bien la medida que estudia el Ayuntamiento de Barcelona, dirigida por la extrema izquierda de Ada Colau con el apoyo del PSC, de imponer una tasa a plataformas de comercio electrónico por el uso que hacen del espacio público
17 abril, 2021
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Actualizado: 17 abril, 2021 16:11
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Tener un gran aparato del estado, con miles y miles de enchufados sin oposición ni prueba que certifique sus aptitudes para el puesto -jamás la aprobarían debido a su bajo nivel de formación-, tanto en la administración central, autonómica o local requiere de miles de millones de euros. Y ese dinero solo puede llenar a las arcas del Estado vaciando el bolsillo de los españoles. De ahí esa obsesión de la izquierda por los más altos impuestos y las mayores tasas posibles, algunas inverosímiles, pero ciertas, como la última: grabar el reparto a domicilio.

La directora general de Consumo, Bibiana Medialdea, Ministerio dirigido por el comunista Alberto Garzón, ve bien la medida que estudia el Ayuntamiento de Barcelona, dirigida por la extrema izquierda de Ada Colau con el apoyo del PSC, de imponer una tasa a plataformas de comercio electrónico por el uso que hacen del espacio público al entregar los pedidos, ya que considera que «sirve para monetizar el coste medioambiental». Cualquier excusa es buena para subir la presión fiscal y exprimir los vaciados bolsillos de los ciudadanos, por cierto, en Cataluña, más que ciudadanos, son siervos fiscales, con una fuerte presión del fisco sobre su renta y patrimonio.

En una entrevista a Efe, Medialdea se refiere a esta medida que estudia este Consistorio para gestionar el creciente impacto de las ventas online y limitar la proliferación de vehículos que estacionan para la entrega de paquetes a domicilio, y así frenar la «huella ecológica» que genera. Una tasa, sin duda, como todo impuesto que se le impone a una empresa, que pagaran los consumidores, no las sociedades mercantiles.

«Es una buena iniciativa y noticia. Es -argumenta la ahora experta en consumo- una forma de visibilizar el coste medioambiental que está teniendo está nueva modalidad de consumo que recae sobre todos, pero que es como invisible y no se repercute y redistribuye bien, y los impuestos sirven, no solo para recaudar, también para modificar los comportamientos nocivos. La fiscalidad verde sería una fórmula estupenda para gravar este tipo de consumo». Toda una declaración de intenciones del Gobierno social-comunista española de PSOE-Podemos. En resumen, acribillar al ciudadano con tasas e impuestos para financiar el aparato público y colocar a miles de afines que jamás han trabajado y que solo se han dedicado en toda su vida a la política, con mayor éxito para sus bolsillos y con menor para la gestión y bienestar de la sociedad.

Demonizar al comercio electrónico

Dice Bibiana Medialdea que el comercio online ha crecido aún más porque las restricciones de movilidad han hecho que aparezca como una oportunidad que ha generado muchas ventajas indudables para hacer accesibles las compras, pero es verdad que también incorpora algunos inconvenientes: el impacto medioambiental y las personas consumidoras vulnerables que pueden sentirse menos seguros ante este entorno.

La directora general de Consumo añade más desventajas: «Como no te mueves y aprietas desde casa un botón tienes una sensación falsa de limpieza y de falta de impacto ambiental, cuando los estudios dicen lo contrario, la huella ecológica se da por supuesto porque imaginemos la diferencia entre desplazarnos a una tienda donde podamos abastecernos de varios productos y que nos los traigan uno por uno hasta la puerta de casa de forma monitorizada. Es un cambio en la modalidad de transporte y en la distribución de los productos que produce emisiones de fuerza brutal. Y además esta el sobreenvasado. Los productos van con mucho paquete y envoltorio, residuo superfluo».

Y más críticas: «El comercio online además nos lleva a hacer un consumo más compulsivo e irreflexivo», por eso nada mejor que acotarlo y corregir ese comportamiento nocivo de los ciudadanos con una tasa.

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