La reforma laboral reduce la temporalidad, pero no la precariedad, según Fedea

El centro de estudios Fedea advierte de que la reforma laboral aprobada por el Gobierno a finales de 2021 reduce la tasa de temporalidad «contractual» -ya que hay más contratos indefinidos- pero no es «tan eficaz» para reducir la precariedad, inestabilidad laboral o temporalidad «empírica».

Según un informe de Fedea publicado este lunes, la reforma laboral ha conseguido «restringir drásticamente» los contratos temporales, pero sin flexibilizar el contrato indefinido ordinario, lo que para el centro de estudios ha resultado en un mayor uso de variantes del contrato indefinido «que ofrecen menos estabilidad», como el fijo discontinuo.

«Estos contratos, a pesar de etiquetarse como indefinidos, no ofrecen el mismo nivel de seguridad laboral a los trabajadores que los contratos indefinidos tradicionales», señalan desde Fedea.

Con la reforma laboral, la duración de los contratos indefinidos es menor, según Fedea

El informe, que se basa en datos de la Seguridad Social, concluye que, además de ese aumento de los fijos discontinuos, también se observa un alza de los indefinidos ordinarios, aunque la duración de esos nuevos contratos tras la reforma es menor.

Así, los investigadores de Fedea indican que, si bien el nuevo marco legal ha cambiado la distribución de los contratos, también «replica casi exactamente la situación anterior en términos de estabilidad para los trabajadores».

«En términos agregados, el mercado laboral no muestra los cambios que a priori cabría esperar en la duración del empleo como resultado de la disminución del empleo temporal», resume Fedea.

La reforma laboral pactada sin el consenso con los empresarios y solo con los sindicatos UGT y CCOO salió adelanate en el congreso por error en el voto de un diputado del PP. Desde entonces, desde el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz siempre se ha intentando ocultar los datos de los fijos discontinuos.

Además, esa reforma laboral mantiene a España como líder de Europa en paro con una tasa que dobla la media de la UE, y ser el único país de la OCDE que tiene un desempleo por encima del 11% de la población activa.