La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha trasladado este miércoles al grupo de ingeniería y de bienes de equipo Duro Felguera la exigencia de que presente un plan de reestructuración que garantice el futuro de la compañía.
Así lo han apuntado a EFE fuentes conocedoras de la reunión que este miércoles ha mantenido el consejo de administración de la multinacional asturiana para analizar la situación de la compañía, que se encuentra en preconcurso de acreedores desde hace dos meses.
Dichas fuentes han apuntado que la SEPI, que dispone de dos de los nueve puestos del consejo de administración a raíz del rescate público del que fue objeto la empresa en el año 2021, ha puesto de manifiesto que no valorará ninguna actuación aislada sin que la dirección presente antes un plan de viabilidad.
La sociedad controlada por los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil ha admitido que la compañía está «muy preocupada porque el tiempo se agota», debido a que el plazo del preconcurso finaliza el próximo 11 de marzo.
Al término de una reunión que se ha prolongado durante varias horas, fuentes de Duro Felguera han manifestado la intención de la compañía de seguir trabajando en «alternativas de viabilidad» en el marco del preconcurso y han considerado que «es fundamental lograr la agilidad necesaria».
Duro Felguera, en preconcurso desde hace dos meses
La empresa, que cuenta con cerca de 1.500 trabajadores, decidió hace dos meses iniciar negociaciones con sus acreedores con el fin de aprobar un plan de reestructuración que permita su «viabilidad futura y la conservación del mayor número de puestos de trabajo posible», según explicó entonces la compañía.
Tras adoptar esa decisión, la dirección de la empresa se dirigió a la plantilla mediante una comunicación en la que trasladó que la petición del preconcurso buscaba «construir un nuevo futuro para Duro Felguera», después de que «algunos proyectos deficitarios», como el de Djelfa en Argelia, hayan «arrastrado a la compañía a una situación difícil».
Según expuso, el objetivo debía pasar por elaborar un plan de reestructuración y conseguir los apoyos necesarios para su aprobación con el objetivo de contar con «una estructura de compañía viable, que proteja los intereses de Duro Felguera y de sus empleados» con el apoyo de sus acreedores.
Situación financiera
Duro Felguera está controlada por los grupos mexicanos Prodi y Mota-Engil, que hace un año se hicieron con el 54,66 por ciento de la sociedad tras las operaciones de capital acometidas para darles entrada como socios industriales.
La captación de socios industriales fue una de las condiciones impuestas a Duro Felguera para recibir la ayuda pública de 120 millones de euros que obtuvo a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE) de la SEPI, que está pendiente de devolución.
La situación de Duro Felguera, que entre otras alternativas se plantea la posibilidad de la capitalización del préstamo por parte de la SEPI, se vio agravada después de que la compañía energética argelina Sonelgaz Production d’Electricité (SPE) solicitara el pasado mes de noviembre un arbitraje por un contrato en el que reclama a la multinacional española una indemnización de 413 millones de euros por la suspensión de los trabajos del proyecto de la central térmica de ciclo combinado de Djelfa, en Argelia.
Tras ello, Duro Felguera anunció la dotación de una provisión de unos cien millones de euros, lo que le obligó a reexpresar las cuentas anuales de los ejercicios 2022 y 2023, y a reformular los estados financieros del primer semestre de 2024.
Una vez contabilizado el impacto, Duro Felguera registró entre enero y junio unas pérdidas de 52,4 millones de euros, frente a los 26,3 millones que había comunicado inicialmente el pasado mes de octubre.
Fuentes empresariales apuntan además que Duro Felguera, al igual que otras firmas de ingeniería, se ve en dificultades por la falta de liquidez y por problemas de acceso a los avales necesarios para la obtención de contratos.