El Gobierno español es uno de los más agresivos con su política energética en Europa en su apuesta única por las renovables como fuente de energía, perdiendo la neutralidad respecto a otras fuentes, desde el gas a la energía nuclear, pasando por el petróleo, del que deriva combustibles como el gasóleo, la gasolina, el queroseno o gases como el propano, a las que penaliza fiscalmente o margina a la hora de conceder subvenciones u otro tipos de ayudas. Pero este apagón eléctrico provocado por Redeia ha dejado claro una cosa. España es totalmente dependiente del exterior en energía y es el gasóleo el que ha salvado alimentando a los grupos electrógenos a hospitales, aeropuertos y a los pocos servicios que lograron mantener en pie.
Los hospitales funcionan durante el apagón eléctrico gracias al suministro de grupos electrógenos alimentados por gasoil
La mayoría de los hospitales, donde no ha habido incidencias, han mantenido sus actividades esenciales gracias a sistemas electrógenos que cuentan con larga autonomía al funcionar con gasoil, han puesto en marcha planes de contingencia y han aplazado de forma preventiva su actividad ordinaria para mantener la asistencia urgente.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha repuesto el gasoil «sin que se hayan reportado incidencias» los grupos electrógenos que mantienen con electricidad a los hospitales que no han recuperado el suministro eléctrico, han informado a EFE fuentes del Ministerio de Sanidad.
El corte del suministro eléctrico registrado en el sistema peninsular ha afectado al transporte por tren y avión, aunque los aeropuertos están operativos con los sistemas eléctricos de contingencia que funcionan por gasoil aunque a lo largo del día se acumularán retrasos. Sin embargo, el colapso en el tren, tanto en el AVE, como media distancia o Cercanías ha sido total por su dependencia total de la electricidad. Miles de pasajeros quedaron atrapados en dentro de los propios trenes o en las estaciones sin alternativa alguna de servicios de autobuses por parte de Renfe o Adif. Los autobuses si funcionaban porque se alimentan también por gasoil, que está pendiente de un nuevo impuesto al diésel que quiere implantar el Gobierno.
También se ha podido mantener la cadena de suministro de los productos de primera necesidad porque los camiones también funcionan con gasoil y no dependen de la electricidad, al menos, por el momento.