Renfe reclama a Talgo 116 millones y Alstom, Stadler y CAF a Renfe 4.000 millones
Renfe está aumentando la presión sobre la fabricante de trenes Talgo para que ponga en funcionamiento la primera serie de trenes de alta velocidad del modelo Avril, que formarán parte de la serie 106. Como consecuencia de estos retrasos, la empresa pública anunció la activación de cláusulas de penalización del contrato por un valor de 116 millones de euros, aproximadamente un 8% del total de 1.495,4 millones acordados en la compra en 2016.
La entrega de estos trenes lleva tres años de retraso y Renfe ha vuelto a instar a Talgo a cumplir con el último plazo establecido por el ministro de Transportes, Óscar Puente. Este plazo compromete que los trenes estén operativos para finales del primer trimestre del año, con una fecha límite el 31 de marzo.
En esta instancia, el presidente de la empresa pública, Raül Blanco, hizo un recordatorio directo a su cliente sobre la importancia de cumplir con los plazos acordados, una vez establecido el calendario de entregas. Este mensaje se transmitió durante la última reunión de seguimiento convocada por el Ministerio de Transportes, un encuentro semanal en el que participan técnicos de todas las partes involucradas. El propósito de estas reuniones es monitorear los hitos del proceso con el objetivo de resolver un conflicto que ha prolongado tres años más de lo inicialmente previsto.
Talgo está a la espera de la opa del consorcio húngaro Ganz-MaVag Europe
La particularidad de esta demanda radica en que Blanco no suele participar regularmente en esta reunión, la cual normalmente está limitada a técnicos intermedios que gestionan el proceso de homologación y puesta en servicio en el día a día. Durante su intervención, el máximo responsable de Renfe enfatizó en que la demora en la entrega de estos trenes está generando un considerable perjuicio económico a la empresa pública, ya que no puede aumentar su flota de trenes en un momento crucial con la apertura del mercado de alta velocidad.
Actualmente, la sanción está en espera mientras Talgo finaliza la entrega del pedido, que se prevé se extienda hasta 2025. Además, se aguarda a que los peritos contratados por Renfe determinen con precisión el valor del daño ocasionado, lo que podría aumentar el monto de la multa.
Toda esta situación ocurre a la vez de la posibilidad de que el consorcio húngaro Ganz-MaVag Europe lance finalmente una opa sobre Talgo. La deuda bruta de Talgo ascendía a 303,6 millones de euros al cierre del primer semestre de 2023. Entre los principales acreedores del fabricante de trenes figuran Santander y BBVA.
Renfe compensará los precios de los contratos para la fabricación y el mantenimiento de los trenes
Por otro lado, Renfe compensará los precios de los contratos para la fabricación y el mantenimiento de los trenes de Cercanías, Rodalies y Media Distancia adjudicados desde 2019 a las empresas Alstom, Stadler y CAF, y que afectan a contratos por unos 4.000 millones de euros, por el impacto de la subida de los precios de las materias primas.
Según ha informado la compañía pública en un comunicado, el Consejo de Administración ha aprobado esta propuesta preliminar de revisión «excepcional» de precios de los contratos suscritos a partir de 2019, que afectan a los tres proveedores, porque la pandemia y la guerra en Ucrania provocaron un incremento de precios de las materias primas.
Los contratos afectados por estas revisiones podrían suponer un volumen de unos 4.000 millones de euros, aunque Renfe no ha precisado la cifra. Las empresas piden incrementos de en torno al 20 % pero la cifra final está por cerrar.
Explica la compañía que, como consecuencia de estas situaciones excepcionales, el Gobierno aprobó una disposición adicional en la Ley 26/2022 para iniciar un proceso de revisión de precios a estos contratos de trenes de servicios públicos.
Tras ello, Renfe encargó a la ingeniería pública Ineco un estudio para establecer el impacto de las dos crisis en los precios de los componentes y de las materias primas utilizadas por los fabricantes, las empresas Alstom, Stadler y CAF, ubicadas las tres en diferentes instalaciones en España.
Los fabricantes de los trenes disponen ahora de 15 días hábiles para presentar alegaciones a Renfe
El análisis de Ineco determina el incremento de precios producido en cada uno de los componentes y materiales utilizados en el proceso de fabricación (acero, aluminio, cobre, plásticos, químicos, vidrio o material electrónico, por ejemplo) y aplica un efecto corrector, en función del gasto realizado en cada serie de trenes y por cada uno de los fabricantes.
En el caso de CAF afecta a la fabricación de 31 trenes de ancho métrico, 6 trenes llamados ‘alpinos’, 28 trenes eléctricos de media distancia, 29 trenes eléctricos de Cercanías y las opciones posteriores ejercidas.
En Alstom incide en la fabricación de 152 trenes de gran capacidad de Cercanías y sus opciones; y para Stadler, se trata de 24 trenes de gran capacidad de Cercanías (en su versión de 100 metros de longitud) y 35 trenes de gran capacidad (en su versión de 200 metros de longitud), con sus posteriores opciones.
Además, la propuesta preliminar de la ingeniería dependiente del Ministerio de Transportes -al igual que Renfe-, plantea la revisión de los contratos para la adquisición de piezas de parque que permitirán el mantenimiento futuro de estos trenes. Los fabricantes de los trenes disponen ahora de 15 días hábiles para presentar alegaciones.