¿Cómo evitar las estafas financieras más comunes?
Marta Borrego. Las estafas financieras han existido desde el inicio de las inversiones. Sin embargo, con el tiempo se han ido perfeccionando hasta niveles en los se hacen prácticamente imperceptibles para las personas. La tecnología ha propiciado un entorno financiero online que abarca terrenos con poca, o ninguna, seguridad. En estos, existe una mayor probabilidad de cometer un error al facilitar nuestros datos con unos fines no deseados.
Por este motivo, el Instituto Nacional de Seguridad, Incibe, propone desde hace tiempo una serie de pautas a seguir para actuar con precaución antes de que los ciudadanos realicen una inversión financiera o compra a través de Internet, ya que es la forma más habitual de ser afectados por un fraude financiero.
Los ciberdelincuentes se encuentran en diferentes modalidades de red, pero mantienen el mismo objetivo común: contactar con su víctima y obtener sus datos personales. Los crackers son hackers que acceden a sistemas informáticos de forma ilegal con el fin de hacerse con la información personal de las personas. Pueden ponerse en contacto con sus víctimas a través de llamadas telefónicas o, sin necesidad de una interacción directa, creando páginas webs falsas simulando, habitualmente, otras cuentas online oficiales. También se han denunciado casos en los que, a través de redes sociales o SMS, se comparten enlaces para acceder a una web fraudulenta de manera oculta.
Identifica la trampa del trading en las criptomonedas
Independientemente del formato porque estos crackers actúen, desde hace pocos años se repite en grandes cantidades la estafa con las criptomonedas. Los principales riesgos de la inversión en este tipo de productos financieros son su alta volatilidad, la poca regulación a la que responden, y la falta de liquidez que dificulta la compra-venta.
En algunos casos identificados, el fraude comienza convenciendo a los usuarios para realizar una inversión de dinero en criptoactivos. Para darle rigor y credibilidad al trámite, las web fraudulenta solicita los datos personales, como el DNI o número de cuenta bancaria. Durante días, el ciberdelincuente contacta con la víctima para «informarle» sobre su inversión hasta llegar a pedirles más dinero al mostrar su inversión inicial como algo insuficiente. La mayoría de las víctimas rechazan esta opción, y al intentar recuperar su inversión inicial, encuentran un bloqueo de su usuario en el portal en el que realizaron el pago, quedándose sin la oportunidad de recuperar el importe.
Si, por el contrario, la web comunica que su inversión no es insuficiente sino que han subido sus acciones, hace creer a la victima que progresa e incluso la anima a aportar más dinero. Sin embargo, los crackers actúan de la misma manera: en el momento que la víctima quiera retirar el dinero, se le bloqueará de todas las cuentas en las que invirtió.
Evita las estafas financieras online aumentando la seguridad en tus decisiones
A pesar del aumento de modalidades de los ciberdelincuentes para hacerse con nuestros datos, y consecuentemente con nuestro dinero, existe una serie de medidas que podemos incorporar a nuestra actividad online para evitar los engaños financieros. Aumentar la seguridad en nuestras acciones, puede asegurarnos no caer en este tipo de fraudes, sobre todo de manera digital.
En primer lugar, existe una recomendación muy popular pero, en ocasiones, poco utilizadas: usar una contraseña para cada perfil en la red. La mayoría de personas conoce este consejo, sin embargo, pocos adjudican una clave para cada perfil creado en páginas web, y muchos menos la s actualizan con el paso del tiempo.
Un consejo muy recomendado por parte de las entidades bancarias es, al realizar una compra online y dar el ok en el apartado de ‘banca online’ de la aplicación del banco, desbloquear momentáneamente esta opción al aceptarse el pago para no arriesgarnos a un robo digital. Tras asegurarnos, podemos volver a activarlo sin ningún peligro.
En caso de duda ante una transacción en internet, es aconsejable guardar cada recibo y comprobante de las operaciones realizadas. De esta manera, en caso de interponer una denuncia, podremos corroborar los pagos fallidos o rechazados para contrastarlos con el estado de nuestra cuenta. Sin embargo, no es recomendable sacar fotografías ni fotocopiar a estos recibos, y mucho menos compartirlos con terceros.