Carapelli Firenze, filial de Deoleo, sentenciada a pagar 89 millones de euros cuando en 2023 perdió 34 millones

La aceitera Deoleo ha recibido la notificación de una sentencia judicial contra su filial italiana Carapelli Firenze que implica el pago de 89 millones de euros, una reclamación fiscal ante la cual la compañía pretende recurrir en Italia e incluso acudir a la Justicia europea. Esa multa supone un grave quebranto para Deoleo, que en el último ejercicio completo, el de 2023, registró unas pérdidas de 34 millones de euros y en el primer semestre de este ejercicio solo ha logrado un beneficio de medio millón de euros.

En una comunicación enviada este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Deoleo ha explicado que Carapelli Firenze ha recibido la notificación de una sentencia desfavorable en un tribunal de segunda instancia italiano por una reclamación fiscal iniciada en 2014.

Una vez que se conozca el contenido íntegro de la sentencia, la filial italiana del grupo aceitero español tiene la intención de solicitar la suspensión del pago del importe reclamado, que asciende a unos 89 millones de euros (incluidos 26 millones en intereses), y recurrir la sentencia ante la Corte de Casación.

Carapelli Firenze, la filial italiana de Deoleo, investigada desde 2014

La oficina aduanera italiana inició en 2014 una investigación ante el procedimiento usado por Carapelli Firenze en años anteriores, cuando se encargaba del procesamiento de aceite de oliva proveniente de fuera de la Unión Europea (UE).

La empresa lo hacía acogiéndose a una serie de reconocidas exenciones fiscales en Italia bajo la normativa aduanera comunitaria en virtud de un contrato suscrito con la filial suiza Carapelli International, ya disuelta, según Deoleo.

La aceitera describe este procedimiento de como «extensamente empleado por compañías multinacionales» y que el argumento de la oficina de aduanas de que Carapelli International carecía de autonomía en la toma de decisiones «no está fundamentado ni en la normativa aduanera italiana ni en la de la UE», ni existen precedentes judiciales a nivel europeo.

A su juicio, Carapelli International era una entidad «con sustancia económica que contaba con los recursos materiales, de personal y de capacidad operativa necesarios para suscribir y cumplir con las obligaciones derivadas del contrato de procesamiento por encargo».

Carapelli Firenze, que en ocasiones anteriores había recibido sentencias favorables en primera y segunda instancia, tiene previsto solicitar a la Corte de Casación italiana que plantee una cuestión prejudicial ante el Tribunal de la UE, ya que considera que el negocio en Europa de grupos internacionales puede verse afectado «significativamente».

Además, Deoleo ha destacado que sus dos principales accionistas (CVC y Alchemy) concoen la situación y mantienen su «apoyo» y «confianza» en la estrategia del grupo.