La ‘antinuclear’ Ribera, candidata española para comisaria de Energía de la CE
El Gobierno de España ha trasladado hoy oficialmente a la Comisión Europea la candidatura de la actual vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, como comisaria en el nuevo Ejecutivo de Ursula von der Leyen. Teresa Ribera, conocida en Europa por su radical oposición contra la energía nuclear, no contará con el apoyo de Francia y de otros países que han recuperado esta fuente de energía, a no ser que la política socialista española cambie de opinión. También ha tenido serios enfrentamientos y polémicas con petroleras como Repsol que apuestan por los combustibles sostenibles y que ella consideran que son un «timo ecológico». Tampoco hay que olvidar que se presentó como cabeza de lista a las elecciones europeas que perdió con el PP y que ni siquiera fue a recoger su acta de eurodiputada.
El Gobierno que dirige Pedro Sánchez ha enviado este miércoles por carta la candidatura de Ribera, indicaron las fuentes.
La actual vicepresidenta tercera y ministra de las áreas de Medioambiente y Energía también ha fracasado en la implantación del coche eléctrico en España, que aspira a liderar su desarrollo, y se encuentra a la cola, tanto en el número de vehículos vendidos como en puntos de recarga.
Teresa Ribera, su marido, la CNMC y la puerta giratoria de la CNMV
Intento colocar a su marido, Mariano Bacigalupo, como consejero de la Comisión Nacional de Mercados y de Competencia (CNMC), pero fue tal el escándalo, porque ese organismo decide sobre temas que son competencia del Ministerio dirigido por Ribera, que finalmente se le buscó acomodo en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), un nombramiento, por cierto, que analiza el Tribunal Supremo, porque Mariano Bacigalupo no tiene una «reconocida competencia en materias relacionadas con el mercado de valores», según la denuncia presentada por la Fundación Hay Derecho.
La pregunta es qué sacrificará Sánchez para qué Teresa Ribera sea comisaria europea de la Energía. A Madrid le costó la sede europea contra el blanqueo de capitales que Nadia Calviño presidiera el Banco Europeo de Inversiones (BEI).