Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, presenta Diccionario sentimental del automóvil, un libro en el que combina historia, estrategia y vivencias personales del mundo del motor. La obra se publicará en hasta nueve idiomas, incluido el chino. “Allí están haciendo ahora lo que Ford hizo hace un siglo. Es gente que hay que admirar”, afirma.
De Meo subraya que no hay futuro eléctrico sin China ya que “controlan gran parte de las materias primas. La política busca antagonistas, pero los empresarios buscamos acuerdos. Hay que llegar a una solución”.
Su llegada a Renault y la F1
Cuando asumió el mando de Renault, recuerda que la empresa estaba al borde del colapso: “Perdíamos dinero todos los días. Algunos me dijeron que estaba loco por aceptar el puesto”. Entre sus primeras decisiones estuvo impedir el cierre del equipo de Fórmula 1: “Estaba en los planes cerrarlo. Me opuse. Encontré la manera de invertir. Pero en la F1 se sufre cada fin de semana. Todavía no he encontrado el algoritmo para ganar”.
El CEO de Renault considera que la F1 será clave en la estrategia de Alpine: “Es uno de los deportes más complejos, pero puede dar a la marca la notoriedad global que necesita”. En este sentido, reconoce errores y se arrepiente de la salida de la escudería de Fernando Alonso: “Perdimos a un gran piloto. No lo tratamos como deberíamos”.

Un Tesla es “anodino”
Luca de Meo defiende la innovación tecnológica en el sector automotor, pero advierte que no todos los modelos mantienen viva la emoción al volante. “Creo en el coche inteligente, pero no todos son iguales”, afirma. “Un Tesla, por ejemplo, es un producto anodino, como un frigorífico. Hay que evitar que la tecnología mate la pasión por conducir”.
“Los jóvenes no pueden pagarse un coche”
Luca de Meo lanza una advertencia sobre el futuro económico e industrial de Europa: “El dinero tiene que volver a Europa. Los europeos tienen miedo sobre el futuro, meten el dinero en el banco o en ETFs estadounidenses, y ese capital se va a Estados Unidos”.
El directivo recuerda el peso fiscal del sector automotor: “El automóvil paga 400.000 millones de euros en impuestos a los Estados europeos. Si no se venden coches, se pierden miles de millones en recaudación”.
De Meo reclama una política industrial que permita fabricar vehículos asequibles: “Pedimos hacer coches que la gente se pueda comprar. Coches pequeños en los que ganemos dinero. Con la regulación actual no se pueden hacer coches competitivos pequeños”.
Y propone una solución concreta: “Necesitamos una regulación específica para coches pequeños, como existe en India o Japón. No necesitamos más plazos ni multas. Lo que hace falta es una estrategia industrial”.